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No hará falta remitirse a los archivos para refrescar los fantasmas que agitan la memoria. Página/12 recolectó otros casos recientes que dicen, por sí solos, que la memoria no debe silenciarse. Diez días antes de que el alumno del Moreno sufriera la agresión, un alumno del centro de estudiantes de la Escuela Superior de Trabajo Social de La Plata fue secuestrado a plena luz, encapuchado en una camioneta, amenazado, golpeado y picaneado dentro del vehículo, sin otro motivo que un mensaje de parálisis: “Quedate piola o sos boleta”. Una semana antes, a otros tres estudiantes platenses los amenazaron policías uniformados, sin chapa identificatoria. Según un pedido de informes de la Legislatura bonaerense, en Miramar la policía toma fotos a chicos detenidos por averiguación de antecedentes.
“Escuché una acelerada y vi que una Trafic blanca con vidrios polarizados se me venía encima –relató a este diario el estudiante Mariano Dos Reis–. Me corrí y vi que otra persona venía corriendo hacia mí. Intenté correr, pero me agarró, me torció el brazo y bajaron dos más. Entre los tres me subieron a golpes en la camioneta, mientras me ponían una capucha.” Lo que relató Dos Reis ocurrió el 2 de junio pasado, a las cinco y cuarto de la tarde, cuando caminaba por la calle 44 hacia la 145, en la localidad de Los Hornos, en La Plata. Dentro de la Trafic, aplastado contra el piso, recordó que la camioneta apenas avanzó unos metros y se detuvo. En ese mismo lugar, durante 15 o 20 minutos, el estudiante recibió una paliza, y lo picanearon en el abdomen y la espalda. Los peritos determinaron que las quemaduras correspondían al paso de 12 voltios. “Me decían que me iban a reventar. Entre mis gritos y que no quería escuchar, no recuerdo más.” La diputada nacional del Frente Grande Margarita Jarque presentó una declaración de repudio en el Congreso. Ahora, sumó una más, por el chico del Mariano Moreno.
Días antes, en pleno centro de La Plata, dos chicas y un joven de la Federación Universitaria fueron interceptados por una camioneta policial, con uniformados dentro. Todo legal, salvo las intenciones, reflejadas en la ausencia de chapas identificatorias. Primero, pidieron documentos. Igual metieron a los tres adentro. El joven acertó a gritar su nombre cuando pasaban otros estudiantes. Según la denuncia, a él le gatillaron en la cabeza. Después, terminaron en la 1ª, donde los tuvieron “en negro” durante tres horas.
En la Legislatura provincial, el diputado Horacio Piemonte (ARI), presentó un pedido de informes sencillo: que la policía de Miramar explique por qué fotografía a los menores detenidos por averiguación de antecedentes.