El proyecto de ley de seguridad vial que impulsa el gobierno nacional ingresó ayer a la tarde al Senado para ser tratado en el período de sesiones extraordinarias que se desarrollarán hasta fin de mes en el Congreso. La iniciativa, anunciada por la presidenta Cristina Fernández en un acto en la Casa Rosada, modifica la actual Ley de Tránsito y apunta a bajar en cinco años el 50 por ciento de los accidentes de tránsito, según estima el Gobierno.

El espíritu de la legislación busca que quien cometa una falta grave sea castigado y, entre otros aspectos, dispone que ante el exceso de velocidad, violación de semáforo en rojo, no uso de casco, estar alcoholizado o circular de contramano, se detenga al vehículo y como medida cautelar se retire la licencia de conductor por treinta días.

En tanto, el infractor podrá circular, de manera provisoria, con el acta confeccionada “hasta ser juzgado, realice el descargo o haga el pago voluntario”. El proyecto propone una licencia de conducir única para todo el país, emitida en forma centralizada.