El cordobés, quien no jugó en su mejor nivel, logró imponer su condición de número siete del mundo para vencer al sueco en dos horas y cincuenta y cuatro minutos, y así aportarle el primer punto al equipo nacional.

Nalbandian salió desde el punto inicial a ponerle presión a su rival, con un saque que le funcionó a la perfección -ganó el 86% de los puntos con el primer servicio- y con la estrategia de mover constantemente a su rival para que éste no pudiera golpear cómodo.

Un preciso quiebre en el sexto game encaminó el set para el argentino, quien con otro quiebre en el octavo juego se llevó el primer parcial por 6-2 en apenas 30 minutos, con apenas cuatro errores no forzados.

El siguiente set comenzó de manera auspiciosa para Nalbandian, quien con un quiebre en el segundo juego parecía encaminarse a una fácil victoria pero Johansson sorprendió a quebrarle el saque al argentino en el tercer juego y así consiguió emparejar el marcador.

El sueco, un tenista que se adapta mejor a las superficies rápidas, se adelantó en la cancha en el segundo parcial para evitar las pelotas altas del argentino y eso, sumado a que Nalbandian bajó muchísimo la efectividad con su saque -ganó el 60 por ciento de los puntos con ese golpe-, le permitió jugar de igual a igual para la sorpresa de las 9.000 personas presentes en el Parque Roca.

En el undécimo juego, Johansson enmudeció al fervoroso público argentino al quebrar el saque del argentino, que le permitió tomar una ventaja de 6-5, que luego rubricó con su servicio en el siguiente juego para llevarse el set.

Tras cometer una gran cantidad de errores no forzados (15) en el segundo parcial, el argentino salió a jugar con mayor margen en el tercer set, evitando apurarse y tratando de aprovechar las oportunidades, algo que hizo rápidamente al quebrar el saque de Johansson en el segundo parcial.

Esa ventaja le permitió al argentino jugar con tranquilidad en un set en el que dispuso de una diferencia de 5-2, aunque tras apurarse para definirlo, recién lo pudo cerrar en 6-4.

No obstante, ganar el tercer parcial le propinó a Nalbandian una gran dosis de confianza, que supo trasladar al desarrollo del cuarto set, en el que volvió a jugar con mucha solvencia y que definió con dos quiebres oportunos en el sexto y octavo juego.

Con esta victoria, Nalbandian llegó a los 13 triunfos consecutivos sobre polvo de ladrillo -superficie en la que nunca perdió- en la Copa Davis, siete de los cuales los consiguió en singles y otros seis en dobles.