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Simon afirmó que a Fuentealba no lo mató el disparo de un cartucho de gas lacrimógeno durante la represión policial a una marcha gremial el 4 de abril del año pasado sino que la herida mortal en su cabeza se correspondió con la acción de manifestantes que utilizaron una barreta para romper la luneta del Fiat 147 en el que se trasladaba cuando una granada ingresó al interior del rodado.

"Este es un proceso fraudulento y por eso es nulo" aseguró con vehemencia el abogado defensor en reiteradas oportunidades durante su alegato de ocho horas en la jornada de clausura del juicio al policía acusado del crimen del docente neuquino.

Aseguró que "desde un principio hubo manipulación de la acción penal" que el juicio "fue copado por la querella", que "desde el primer día el juicio se pareció a un mitín político" y que fue "vulnerado el debido proceso y el derecho a defensa de Poblete".

Acusó a la fiscalía de no haber cumplido con las normas de procedimiento para el secuestro de elementos de prueba, cuestionó el acto de citación a declaración indagatoria del imputado en la instrucción de la causa, la rueda de reconocimiento donde la docente Marcela Roa señaló a Poblete como autor del disparo que mató a Fuentealba y planteó sucesivamente nulidades de todo el proceso judicial.

Dijo que Poblete "fue ajeno a los hechos que se le imputan" y adjudicó al Sargento Víctor Pérez del Grupo Especial de la Policía de Zapala la autoría de un disparo de cartucho de gas lacrimógeno al vehículo en el que se trasladaba Fuentealba.

Al analizar los aspectos "fenomenológicos" de lo ocurrido dio una versión que sorprendió a los asistentes al juicio.

Para el defensor, Fuentealba no fue alcanzado por un cartucho de gas lacrimógeno sino que en su intento por salir del auto al ingresar ese elemento por la luneta trasera se topó con varios manifestantes que desde afuera rompieron el vidrio con una barreta para auxiliarlo provocándole el hundimiento de cráneo que le produjo la muerte.

"No fue el proyectil el que fracturó el cráneo de Fuentealba sino un hierro que aparece al lado del cartucho en el auto que se utilizó para romper el vidrio", afirmó.

Descalificó por falta de credibilidad y en algunos casos les imputó falso testimonio a muchos de los testigos que comprometieron a Poblete con sus dichos.

Simon acusó a la fiscalía de fraguar pruebas y de no poder acceder en tiempo y forma a esos elementos para pedir pericias y efectuar otros aportes desde la defensa.

"Acá en este juicio no se ha comprobado nada porque lo único que hay es voluntad política de condenar a Poblete", expresó.

Por todas sus argumentaciones dirigidas a plantear la nulidad del proceso solicitó la absolución de Poblete.

El imputado al culminar la audiencia se limitó a proclamar su inocencia. "Sólo quiero decir que soy inocente", expresó al Tribunal.

Los fiscales y la querella respondieron en duros términos las acusaciones del defensor.

El querellante Gustavo Palmieri afirmó que "un juicio de esta trascendencia no merecía ocho horas de blasfemia".

Dijo que la estrategia de la defensa fue confundir, ofender y engañar a la gente e incluso solicitó al Tribunal que analice los términos del alegato del defensor para la aplicación de una sanción.

La Cámara Criminal Primera anunció que la sentencia se conocerá el martes 8 de julio a las 9 de la mañana.