"La quiebra no es posible, porque no es fácil armar de un día para otro una empresa ni preparar a los trabajadores con el alto grado de calificación que deben tener" en sus funciones, afirmó Llano.

El dirigente criticó a la oposición porque "se la pasó discutiendo en Diputados un acta-acuerdo que no estaba en el proyecto" que se debatía y en la víspera objetó a los senadores que centraron sus críticas en la administración de Ricardo Jaime "en vez de proponer soluciones para el futuro de la empresa".

Elogió además "la valentía de la señora presidenta (Cristina Fernández) de nacionalizar al empresa sin medir los costos políticos que debía pagar" por la iniciativa.

Llano dijo que en 1990, Aerolinesas "fue privatizada por un gobierno, como el de (Carlos) Menem y (Eduardo) Duhalde, que se decía popular, y por suerte ahora es recuperado por un gobierno que creemos es popular, a pesar de las críticas que se merecen muchos funcionarios".

"Tampoco queremos una empresa que sea un coto de caza de sectores políticos como llegó a ser hasta 1990 (antes de pasar a manos privadas), porque además era ineficiente y no ayuda" a resolver los problemas de la aviación comercial.

Llano opinó que el Estado no debe pagar nada, "ni un peso", por la adquisición de las acciones de las empresas y aseguró que "ni el Estado ni Marsans saben cuanto es la deuda" que debería afrontarse.

Criticó a "los senadores y los diputados, así como los empresarios" que piden "permanentes favores, atenciones especiales y hasta demoran la salida de los vuelos" de las compañías aéreas, aunque admitió que el gobierno nacional carece de una política aerocomercial que permita ser más rentables los servicios aéreos.

El dirigente denunció además que la administración de Aerolíneas a cargo del grupo español, adeuda el pago de haberes previsionales desde octubre del año pasado y el 7 de julio último anunció que ya no estaba en condiciones de abonar los sueldos.