Jueves, 11 de diciembre de 2008 | Hoy
13:49 › EEUU
La Cámara de Diputados estadounidense aprobó anoche un paquete de rescate para la industria automotriz por 14.000 millones de dólares, que será tratado a partir de hoy en el Senado, donde los republicanos advirtieron que podrían bloquear la votación.
La ley habilita al presidente George Bush para designar a un representante -llamado el zar de los autos- que negocie la reestructuración de las compañías que accedan al préstamo, e impone otras condiciones, como la prohibición a los ejecutivos de las automotrices a comprar aviones privados mientras no salden su deuda con el gobierno.
De los tres gigantes de Detroit, General Motors y Chrysler señalaron que necesitan el dinero para poder sobrevivir hasta fines de marzo, cuando presenten un plan de reestructuración para fabricar autos con mayor eficiencia energética, con el objetivo de conseguir más préstamos del gobierno.
El otro gigante automotor estadounidense, Ford, dijo que no solicitará el préstamo a menos que la situación económica del país empeore.
En el debate previo a la votación, el demócrata Barney Frank, quien preside la comisión de Servicios Financieros, dijo que "debemos de ver esta iniciativa dentro del contexto en que se encuentra la economía, que está en una recesión profunda".
Frank afirmó que "los 14.000 millones de dólares son un préstamo" y agregó que "todas las automotrices del mundo han sido golpeadas por la crisis en el mercado de crédito".
En tanto, Mike Pence, republicano de Indiana, dijo que "Washington cree que este préstamo es apropiado, pero no se le puede pedir esto a los contribuyentes en momentos de crisis". Steny Hoyer, jefe de la bancada demócrata de Diputados, dijo minutos antes de la votación: "Hablé con muchos diputados demócratas y republicanos y la mayoría cree que la bancarrota no es la solución".
La demócrata Carolyn Kilpatrick, de Detroit, indicó que "con todos los problemas que tenemos, éste no es el tiempo de matar la única industria manufacturera que tenemos en el país".
Mientras que el republicano de Texas, Jeb Hensarling, afirmó que "todas las industrias están en problemas" y enseguida preguntó "¿por qué se ayuda a las automotrices y no los restaurantes y los hoteles?".
Hensarling sugirió que el Congreso propuso ayudar a los tres gigantes de Detroit y no a los pequeños negocios, debido al lobby desplegado por las automotrices.
Los demócratas y la Casa Blanca habían acordado el martes votar la iniciativa ayer a mediodía, pero la negativa de los diputados republicanos retrasó la votación por varias horas, mientras los asesores de Bush telefoneaban a los congresistas de su partido para pedirles su voto. El ministro de Comercio, Carlos Gutiérrez, expresó su malestar con sus colegas republicanos del Congreso en una entrevista con la CNN, en que señaló que si las automotrices no acceden al préstamo, en dos semanas podrían estar en bancarrota, "lo que sería un desastre".
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