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Fernández formuló este pedido en Washington, en la reunión del Grupo de los 24 (G24) que reúne a naciones de América Latina, Asia y África, en el seno de la primera reunión anual del FMI.

En este marco, el ministro argentino sostuvo que "los países en desarrollo necesitamos financiamiento sin penalidades, que nos permitan fijar políticas que sostengan nuestra demanda doméstica y compensen la desaceleración de la economía mundial".

"Este no es un planteo utópico, injustificado sino, por el contrario, una realidad que hay que discutir", sostuvo Fernández en su discurso, dado a conocer en Buenos Aires por el Palacio da Hacienda.

El funcionario argentino sostuvo que "si los países en desarrollo son arrastrados y vencidos por las fuerzas de esta recesión, la economía global entrará en una crisis generalizada y prolongada".

"Esta crisis ha destruido el motor del crecimiento mundial, el exceso del consumo privado y público de los países avanzados. Entonces, si las instituciones financieras no tienden un puente en esta compleja transición, proveyendo financiamientos flexibles e incondicionales, las posibilidades de superar la crisis se acotan seriamente".

En este contexto, agregó, "estamos convencidos de que las instituciones financieras multilaterales tienen un papel clave para contener este efecto de naturaleza exógena que castiga a nuestros países con una crisis que no es producto, justamente, del desajuste de nuestras propias economías".

Tanto el Banco Mundial, como el Fondo, dijo, "han implementado acciones tendientes a acercarse a las necesidades de los países miembros, pero creo que se requiere, fundamentalmente por parte del FMI, una mayor flexibilidad en la provisión de financiamiento para el mundo en desarrollo, con alto acceso, fuertes desembolsos iniciales y sin condicionalidades de política".

La Argentina pagó la totalidad de su deuda con el Fondo, unos 10.000 millones de dólares, a comienzos del 2006 y desde ese año no ha pedido créditos, y tampoco se sometió a la revisión anual de sus cuentas públicas, tal como lo establece la carta Orgánica del FMI.

Incluso, en la última semana, el Gobierno salió al cruce de las proyecciones del FMI para la economía argentina que estimaba una caída del PIB del 1,5 por ciento.

Este cálculo generó la fuerte respuesta de Fernández bajo el título "Los errores del FMI", en la que sostiene "las debilidades técnicas" que tiene el organismo a la hora de confeccionar sus estimaciones.

Fernández insistió hoy que "el FMI utiliza para sus evaluaciones, proyecciones y modelos inadecuados".

"No es correcto evaluar la calidad de las políticas de los países en desarrollo en función de la existencia o no de reglas monetarias y/o fiscales que aseguren a futuro una consolidación del gasto o una política monetaria contractiva", aseguró.

Fernández sostuvo que "las políticas deben medirse en función de sus resultados concretos en cuanto a crecimiento económico, en cuanto a empleo, en cuanto a reducción de la pobreza y en cuanto a la distribución del ingreso".