"Es pésimo, queremos conocer la letra chica del acuerdo porque nos habían dicho que el monitoreo iba a ser continuo dentro de la planta y hoy nos encontramos con que se hace lo que Uruguay quería", dijo el asambleísta José Pouler.

Junto a él, decenas de ambientalistas se manifestaron frente a la embajada de Finlandia en Buenos Aires en rechazo a la planta UPM (Ex Botnia) de propiedad finlandesa, eje del conflicto entre Argentina y Uruguay iniciado hace seis años. Solicitaron una reunión "urgente" al canciller argentino, Héctor Timerman, para conocer detalles del acuerdo.

Según el convenio que firmaron ayer los presidentes de ambos países, el monitoreo lo hará un comité que se conformará en 30 días, integrado por cuatro científicos, dos de cada país. El control incluirá "el río Uruguay y todos los establecimientos industriales, agrícolas y centros urbanos que vuelcan sus efluentes al río Uruguay y sus áreas de influencia".Se tomarán muestras y se permitirá el ingreso a los establecimientos hasta 12 veces por año, cuyos resultados serán públicos.

"Esto no es satisfactorio, demora las cosas, determinar los parámetros del monitoreo es una tarea complicada", advirtió a radio El Mundo Raúl Estrada Oyuela, ex encargado de Asuntos Ambientales de la cancillería argentina. A su juicio "Uruguay ha sacado todo lo que quería, el acuerdo es para salir del paso" porque "le faltan precisiones, acá lo único que se presenta es la idea de un comité con cuatro científicos".