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Mañana se cumplirá un año de la victoria de Hollande sobre el conservador Nicolas Sarkozy en la segunda vuelta de la elección presidencial, pero el mandatario, diezmado por la crisis económica y la impopularidad, optó por no celebrar su primer aniversario en el poder. A falta de celebración oficial, una parte de la izquierda francesa, liderada por el líder del Frente de Izquierda (FI), Jean-Luc Mélenchon, dejó en claro su rechazo a la política de ajuste conducida por Hollande al reunir entre 180.000 personas, según los organizadores, y 30.000, según el Ministerio del Interior. El Ministerio había anticipado no daría cifras de participación pero se desdijo sobre el final de la tarde.

"Con esta marcha comenzamos la insurrección que necesita nuestra país para terminar con las políticas de austeridad que están llevando a nuestro continente al desastre", arrancó Mélenchon su discurso de media hora en la plaza de la Bastilla. "Señor Hollande, el período de ensayo terminó, los resultados no están. Si usted no sabe cómo hacer (para salir de la crisis), nosotros si sabemos", ajustó el carismático líder de la ultraizquierda, quien volvió a autopostularse para ocupar el cargo de primer ministro y reclamó la creación de una Asamblea Constituyente para "refundar la República".

Organizador de la manifestación, el ultraizquierdista FI estuvo acompañado por algunos políticos y militantes ecologistas y todos los partidos de izquierda radical, quienes apoyaron la candidatura de Hollande en la segunda vuelta de la elección presidencial, donde se impuso por menos de un 2 por ciento de los votos a Sarkozy. "Nos tratan como lo peor por recordar los principios de la izquierda. Nosotros no somos oposición, nosotros formamos parte de este gobierno porque con nuestros 4 millones de votos ayudamos a Hollande a llegar al poder", lanzó Mélenchon ante una marea de banderas rojas. "Por eso deberían escucharnos a nosotros y no al ala liberal del PS", agregó. Mélenchon, cuarto en la última presidencial con el 11.1 por ciento de los votos y uno de los más ferviente críticos del mandatario, calificó hoy a Hollande como "uno de los responsables de la crisis". Luego, llegaron las reacciones de varios responsables socialistas. El ministro de economía Pierre Moscovici criticó al opositor al afirmar que "los partidos de izquierda deberían ser más responsables. No hay que practicar la política de lo peor. Siempre, a lo largo de nuestra historia la izquierda olvido que es a la derecha a la que hay que combatir y no al vecino". En declaraciones a la radio Europe 1 agregó: "Atención señor Mélenchon, usted se cree la tribuna del pueblo, pero la gente que voto por usted no quiere que Hollande fracase". "La división de la izquierda no puede ser un objetivo progresista", estimó, por su parte, el diputado socialista Henri Emmanuelli en la radio France Info.