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Entre los factores que contribuyeron al crecimiento de la actividad se anotó el sector automotriz -que utiliza el 68 por ciento de su capacidad instalada-, impulsado tanto por las exportaciones como por el mercado local, lo que reflejó un crecimiento interanual del 19,8 por ciento durante junio y del 19,2 en el primer semestre.

La producción de acero crudo, en cambio, cayó en términos interanuales durante junio el 9,9 por ciento, y acumuló una baja del 13,1 en el primer semestre. Algo similar ocurrió con la industria metalmecánica, excluida la automotriz, que si bien subió en términos interanuales 8,7 durante junio, acumuló una merma del 2,1 en el semestre.

En tanto la refinación de petróleo cayó 2 por ciento durante junio en relación a igual mes del año pasado, y profundizó la caída al 1,2 acumulada en el semestre.

También la industria alimenticia mostró un comportamiento disímil según sus componentes. Si bien en general, en lo que va del semestre, acumuló una merma del 1,6, se anotaron subas en la refinación de azúcar con el 6,6, y la elaboración de carnes blancas, con 0,2, contra bajas del 7,9 en lácteos, y 1,5 en carnes rojas.

En tanto la cosecha de soja terminó con una producción de alrededor de 49,5 millones de toneladas, casi un 25 por ciento más que en la campaña anterior cuando se recolectaron 40 millones de toneladas, según coinciden informes oficiales y privados.

La construcción, que había retrocedido más de un 3 por ciento durante el año pasado, creció durante el primer semestre del año 2,8.

El intercambio comercial también se mostró más dinámico durante el primer semestre, con un alza del 5 por ciento de las exportaciones, y del 11 en las importaciones. El primer semestre del año cerró con un superávit de 4954 millones de dólares, por debajo de la ganancia de 6652 millones de enero-junio del año pasado.