Sábado, 5 de mayo de 2007 | Hoy
00:00 › JOVEN MúSICO Y VENDEDOR AMBULANTE MUERTO POR LA POLICíA
La Justicia porteña investiga la muerte de un vendedor y músico de 31 años que recibió dos balazos por parte de policías que lo acusaron de resistir a los tiros un intento de robo, mientras que la familia de la víctima asegura que estaba desarmado y es un caso de "gatillo fácil".
La víctima es Eduardo Córdoba, quien murió la madrugada del 22 de abril en el Hospital Penna, a raíz de dos heridas de bala que sufrió en su supuesto enfrentamiento en Villa Soldati con efectivos de la seccional 36, dijeron fuentes policiales.
Según los voceros, en esa ocasión, Córdoba y otro joven intentaron asaltar a mano armada al conductor de un interno de la línea 70, quien se dirigió hasta la seccional ubicada en Pedernera y Ramírez, donde uno de los sospechosos fue detenido y el vendedor se resistió a los tiros.
Tras ser baleado, en poder de Córdoba se habría secuestrado un revólver, pero también se incautaron las armas de los policías, las cuales fueron puestas a disposición de la Justicia para que sean peritadas, indicaron los informantes.
En tanto, el colectivero presuntamente asaltado por Córdoba y el otro joven presentaban lesiones producto de golpes recibidos durante el hecho, añadieron las fuentes.
José Castillo, hermano de Córdoba, dijo que la familia se enteró de lo sucedido el lunes 23, cuando el joven que había sido detenido fue liberado y se contactó con ellos.
"Ese día, mis hermanos fueron dos veces a la comisaría, le negaron lo sucedido y les pidieron que se dirigieran al juzgado 36. El martes, en el juzgado dijeron que volvieran a la seccional y recién entonces nos informaron que Eduardo había muerto en un enfrentamiento con la Policía", aseguró el hombre.
"Si el lunes a las 16:00 el cuerpo ya había sido reconocido por las huellas dactilares, ¿por qué lo ocultaron?", expresó Castillo, quien dijo estar "seguro de que los hechos no ocurrieron como dice la Policía".
"Es un caso de gatillo fácil, ya que mi hermano no tenía armas ni antecedentes penales y la entrada a la comisaría 36 nunca fue registrada", opinó.
Córdoba vivía en el barrio Zavaleta, vendía la revista "Hecho en Buenos Aires", una publicación mensual que se entrega a personas sin vivienda para que tengan un ingreso, e intervenía como músico en la agrupación Sikuri Sartaniani, que reivindica la ascendencia quechua-aymara.
Según pudo reconstruir la familia, el 22 de abril, cerca de las 2.30, el vendedor tomó el colectivo al salir de un ensayo y mantuvo una discusión con el chofer, lo cual derivó que éste optara por llevarlo directamente a la seccional 36.
"El testigo que iba en el colectivo dijo que no le vio un arma y que no hubo un robo, sino una pelea, y que el colectivero no los dejó bajar y los llevó hasta la comisaría. "Si me hermano hubiera estado armado, el colectivero no hubiera ido a la comisaría", razonó el hombre.
Siempre según este testigo, Castillo dijo que "al llegar a la comisaría, este joven salió del colectivo por la ventanilla y fue detenido por los policías".
"Contó que vio a Eduardo por última vez cuando estaba vivo arriba del colectivo y que el chofer se bajó y les dijo a los policías: 'Háganlo mierda porque él también es una bosta", indicó el hermano del joven muerto.
"El colectivo estaba rodeado de policías; era imposible que mi hermano se escapara. Esto tendría que haber sido una detención. Si lo hicieron con el otro, ¿por qué no con mi hermano?", se preguntó.
En tanto, consultado sobre la posibilidad de que los efectivos hayan cometido algún tipo de exceso al momento de intervenir en el episodio, un jefe policial dijo: "Eso lo determinará la justicia".
Apenas sucedido el hecho, la Policía caratuló la causa como "robo a mano armada, privación ilegal de la libertad, resistencia a la autoridad, disparo de arma de fuego y lesiones", pero luego fue cambiada a "averiguación de causales de muerte", dijeron allegados a la investigación.
El expediente está en manos de la jueza de instrucción porteña Guillermina Martínez, quien decretó el secreto de sumario hasta el miércoles próximo, y el fiscal Alejandro Molina Pico.
Una vez que se levante el secreto, está previsto que declare como testigo el joven que estaba con Córdoba, quien fue liberado porque no pesa ninguna imputación en su contra y ya relató lo ocurrido ante la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación.
Fuente: Télam
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