La odisea de las rehenes finalizó poco después de las 4 cuando fueron detenidos los dos hombres, uno de 30 de nombre Javier, que hacía poco tiempo había salido de la cárcel de Olmos, y un menor de 17, de nombre Pablo.

Los dos captores, el mayor de los cuales fue sacado con chaleco de fuerza, ya que estaba totalmente descontrolado, quedaron a disposición del juez Juan Ramos Padilla y quedaron detenidos en la Alcaidía de Tribuinales.

El comisario mayor Daniel Rodríguez, Director General de Medios, informó esta mañana que la policía, poco después de las 4 de hoy, irrumpió en el departamento de la calle Montevideo 497, casi esquina Lavalle, donde funcionaba un prostíbulo, y detuvo a los dos individuos que ayer habían ingresado al lugar donde había prostitutas.

Al parecer todo comenzó por un hecho de tipo pasional, ya que el mayor de los delincuentes habría tenido relaciones sentimentales con una de las chicas, de nombre Yanina, a quien habría ido a reclamar que dejara la prostitución.

Ambos iniciaron una discusión y Javier, exhibiendo un arma, anunció que todas las muchachas del lugar quedaban como rehenes.

En el transcurso de la tarde de ayer tres fueron liberadas y quedaron otras ocho, que pasaron toda la noche en medio de un clima de fuerte tensión, hasta que esta mañana fueron liberadas ilesas, según constataron médicos del SAME que las revisaron.

El juez Ramos Padilla, al finalizar el operativo, confirmó a la prensa la conclusión del hecho y la liberación de los rehenes pero no dio mayores detalles sobre lo ocurrido.

El hecho se inició ayer alrededor de las 14 horas cuando dos individuos armados irrumpieron en el edificio antiguo, de siete pisos, y se dirgiieron al tercer piso donde tomaron como rehenes a todos sus ocupantes.

Mediadores policiales intentaron sin éxito durante varias horas convencer a los individuos a que se entregaran, hasta que en el momento en que el mayor de ellos se asomó a la ventana para hablar presuntamente con su hermana, que había ido a convencerlo de que depusiera su actitud, policías del GEOF arrojaron una bomba de estruendo al departamento y así pudo detener a los dos hombres.

Una de las rehenes dijo que allí trabajaban unas cuarenta prostitutas.

Tomó intervención en el hecho la comisaría tercera de la Policía Federal.

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