Las sirenas policiales, las de bomberos y las de la Guardia Urbana de Rosario sonaron juntas a las 9,53 de hoy, al mismo tiempo que en todas las oficinas municipales se cumplía con un minuto de silencio y el obispo José Luis Mollaghan encabezaba una oración, en memoria del 13o. aniversario del atentado a la AMIA.

De esa forma, el gobierno comunal, la policía y el Arzobispado rosarino adhirieron a los actos de homenaje a las 85 víctimas del ataque a la mutual judía de Buenos Aires.

La Iglesia Católica local recordó el ataque con un momento de oración en la Capilla del Arzobispado, que fue presidido por el arzobispo de Rosario, monseñor Mollaghan.

"Tenemos que rezar y recordar, porque es el más grande de los atentados perpetrados a la sociedad argentina, y que no debe ser asumido solamente por la comunidad judía, sino por todos lo que conformamos esta bendita Nación, que fue herida en lo más profundo de su ser", sostuvo el arzobispo.

Asimismo, el minuto de silencio del personal y los funcionarios municipales se llevó a cabo en todas las dependencias municipales a las 9,53, hora exacta en que estalló el edificio de Pasteur al 600, el 18 de julio de 1994.

Al mismo tiempo, los móviles de la Guardia Urbana Municipal hicieron sonar sus sirenas y lo mismo hicieron los móviles policiales, por disposición de la jefatura de la Unidad Regional II de la Policía de Santa Fe, con asiento en Rosario.