Domingo, 4 de mayo de 2008 | Hoy
DEPORTES › INDEPENDIENTE GOLEO 3-0 A NEWELL’S Y SE PRENDIO EN LA LUCHA
Mientras aguarda la asunción de Claudio Borghi, que mañana toma el equipo, el Rojo logró su cuarto triunfo al hilo y se ilusiona.
Con dos goles de Denis y uno de Guillermo Rodríguez en el primer tiempo, Independiente le ganó 3-0 a Newell’s y mientras sigue con la mente puesta en el ingreso a la Copa Sudamericana cada vez está más cerca de los de arriba, que dividen fuerzas en dos competencias. El equipo de Santoro, despedido con una ovación de su hinchada, sumó su cuarta victoria consecutiva y espera con el ánimo en alza la asunción de Claudio Borghi, quien ayer miró el partido desde un palco, mañana dirigirá su primer entrenamiento y el próximo domingo debutará ante San Lorenzo como visitante.
Dentro de un trámite absolutamente parejo era Newell’s el que generaba más peligro con un arma que maneja como pocos: la pelota parada. Cada infracción que tenían los de Caruso en campo ajeno significaba un puñal en forma de centro que llegaba cerca de Assmann y por el que iban todos los grandotes. Así lo tuvo Schiavi dos veces pero, en una la pelota dio en el travesaño, y en la otra la desvió Assmann. Así lo tuvo Salcedo que llegó exigido en el segundo palo y no pudo impactar bien. Y así también pudo haber marcado Fideleff llegando a la carrera con un frentazo que se fue al lado del palo.
Independiente no aparecía. Intentaba triangular, buscaba sociedades con Montenegro, Grisales y Ledesma pero no lograba hacer dos pases seguidos que destrabaran la fricción que proponía Newell’s en el medio. Pero en la primera que Montenegro pudo desequilibrar, mandó el centro que derivó en Ledesma, quien complicó a Villar con un remate mordido, de pique, que se le metía por arriba, y Denis, luego del esfuerzo del paraguayo, llegó para poner de cabeza el 1 a 0.
El equipo de Santoro conseguía algo aún más valioso que el gol: rompía el partido. Obligaba a salir a Newell’s. Y en el primer descuido de los rosarinos, otra vez apareció el goleador, se llevó la pelota de pecho y definió con un toque suave por arriba de Villar que salía a cortarlo.
En la última bola del primer tiempo, los de Santoro le dieron de su propia medicina a los de Caruso y liquidaron el partido con un fuerte cabezazo del uruguayo Rodríguez tras un centro preciso de Montenegro. En una ráfaga de 15 minutos y con una efectividad tremenda Independiente se iba al descanso con tres goles de ventaja.
En el segundo tiempo hizo la plancha. Vio cómo Newell’s cada vez era menos inofensivo y pudo haber ampliado la cuenta si hubiera estado más fino en los metros finales. El partido se había terminado hacía rato. Era tiempo de festejar. Era tiempo de darle una caricia final a Santoro, el que siempre estuvo al pie del cañón en los momentos delicados, y esperar con entusiasmo la recta final del torneo ya con Borghi en el banco.
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