El empate sin tantos con la Argentina no sólo dejó a Brasil en posición delicada en las Eliminatorias del Mundial 2010, sino que también dejó en la cuerda floja al técnico Carlos Dunga. A los gritos de “¡Burro!, y “¡Adiós, Dunga!”, el público de 60.000 hinchas que abucheó a la Selección y aplaudió a Lionel Messi en el Mineirao dejó en claro que da como rotas sus relaciones con el entrenador, quien asumió el comando del equipo nacional hace casi dos años.

La prensa deportiva brasileña fue unánime en expresar su decepción por la baja calidad del duelo más esperado de las Eliminatorias sudamericanas que, por primera vez en 20 años, terminó sin goles.

“Sin victorias, sin goles, con abucheos”, tituló el diario O Globo, al recordar que Brasil cumple su peor campaña en Eliminatorias desde que se inició en Sudamérica el sistema de disputa de todos contra todos.

A su vez, el comentarista Roberto Assaf, del diario Lance, afirmó que, al cumplir el martes tres partidos sin marcar goles, la selección brasileña reveló que no ha logrado superar la falta de creatividad: “Brasil, tal como ocurre hace tiempo, dependió principalmente de la habilidad de Robinho: cuando el astro no brilla, la burocracia domina”.

“Fue Argentina, en realidad, la que amenazó más, al superar la defensa brasileña en tres o cuatro ocasiones y al desperdiciar dos excelentes oportunidades con Julio Cruz y Messi, quienes remataron mal delante del arquero Julio César”, agregó.

A su vez, el diario Folha de S. Paulo consideró que “ni Dunga y su Brasil ni Alfio Basile y su Argentina tuvieron éxito” en el intento de lograr un desempeño convincente de sus equipos.

Según coinciden los analistas locales, el futuro de Dunga en el comando de Brasil será definido en agosto, del otro lado del planeta: en los Juegos de Beijing, en los que el entrenador buscará conquistar la inédita medalla de oro olímpica con un plantel joven, sin tener a Kaká, y con la Argentina como máximo escollo.

Dunga reaccionó irritado a una pregunta sobre sus posibilidades de permanencia en el cargo: “No me gusta hablar sobre mí. Eso hay que preguntárselo a Ricardo Teixeira (el presidente de la CBF), que es el jefe”. La CBF suele ser sensible a las presiones de la hinchada y de la prensa deportiva. Y, en estos momentos, están todos contra Dunga.