Mientras en la Cámara de Diputados y en el Senado se cuentan los porotos por los alineamientos en torno del proyecto de ley que envió el Gobierno para ratificar o rectificar las retenciones móviles, en el oficialismo se va haciendo carne la idea de lo que definen como “garantizar un debate amplio”. Eso, dicen, no sólo implica no votar a libro cerrado, sino darles cabida a otros proyectos en torno de la leche, la carne y el trigo y, llegado el caso, hasta podría extenderse a hacerle alguna modificación a la iniciativa que la presidenta Cristina Fernández de Kirchner envió el martes al Congreso. “Ningún proyecto de ley que entre al Parlamento está exento de sufrir modificaciones”, le dijo anoche a PáginaI12 un conspicuo diputado del oficialismo.

Aunque esta última se trata de una opción que varios funcionarios creen que no será necesaria llevar a la práctica, hay legisladores y habitantes de la Casa Rosada que dicen que podrían dejar como última carta para una salida consensuada con sectores de la oposición volver a modificar la curva de las retenciones móviles para fortalecer los mercados de futuro. Esa curva ya se acható cuando se modificó el decreto original del 10 de marzo que impuso las retenciones móviles.

En el oficialismo creen que no podrán contar con algunos de sus legisladores para votar la propuesta del Ejecutivo y también avizoran disidencias en las filas de la Concertación Plural. Como contrapartida están tejiendo vínculos más armoniosos con algunos sectores de la oposición de centroizquierda.

Respecto de los radicales K, no todos en el Gobierno defienden con la misma firmeza el protagonismo que está teniendo en las últimas horas el vicepresidente Julio Cobos. En la cúpula de la Casa Rosada dicen que el mendocino está jugando en línea con el Gobierno, pero hay otras figuras del oficialismo, sobre todo en el Congreso, que lo miran con desconfianza.

Es cierto que el domingo pasado a la noche cuando Cobos difundió una carta abierta pidiendo que el tema sea debatido en el Congreso, fue partícipe de la estrategia de la Presidenta que se había terminar de definir esa misma tarde en la quinta de Olivos. Pero sobre la convocatoria que hizo a los gobernadores para el lunes en el Senado con el objetivo de debatir las retenciones móviles, no todos tienen la misma mirada. Unos dicen que tuvo el visto bueno de la Presidenta. Otros se quejan: “Si los gobernadores quieren interiorizarse del proyecto deberían venir a Diputados, que es donde se va a debatir primero. Esta es una iniciativa que corre por cuenta exclusiva de Cobos”, afirmó a este diario un legislador kirchnerista. Por las dudas, Cobos, que aprovechó la situación para reposicionarse, ayer se cuidó de no quitarle méritos a la Presidenta sobre la jugada de enviar las retenciones móviles a debate parlamentario. “Si yo pude aportar algo tanto mejor, pero esta fue una decisión de Cristina”, apuntó.

El otro grupo con el cual el Gobierno está entablando un diálogo es el del SI, el partido surgido como bloque disidente de la Coalición Cívica, donde tallan Eduardo Macaluse y Carlos Raimundi. Macaluse habría mantenido conversaciones en las últimas horas con el jefe de Gabinete, Alberto Fernández. Le dijo que estaba de acuerdo con el envío al Congreso, le reafirmó el rol de su sector, al que definen como “oposición crítica pero constructiva”, y le anticipó que con algunas variantes al proyecto original en lo que respecta a mejorar la situación de los pequeños productores, el bloque podría votar junto al oficialismo.

A cien días de iniciado el conflicto, la Presidenta no quiere hacer más movimientos que puedan entorpecer una salida. En esa línea decidió no asistir hoy a la celebración del Día de la Bandera en Rosario, previendo que su presencia podía incentivar a los ruralistas más radicalizados a alguna acción que derivara en incidentes.