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“Así empezó la Triple A”

Después de haber denunciado que un grupo de desconocidos lo secuestró durante un par de horas, Micheli pidió que “no se naturalicen” estas intimidaciones. Espera ser recibido por el ministro del Interior, Florencio Randazzo.

 Por Werner Pertot

La CTA le reclamó al Gobierno que investigue “a fondo” el secuestro que sufrió por dos horas el secretario general de ATE nacional, Pablo Micheli. Como adelantó en exclusiva PáginaI12, Micheli fue secuestrado por cinco hombres con revólveres 9 milímetros, que se lo llevaron de la puerta de su casa en una camioneta 4x4 y lo dejaron en Villa Dominico. Ayer Micheli encabezó una conferencia de prensa junto al titular de la CTA, Hugo Yasky; el diputado Claudio Lozano y la madre de Plaza de Mayo Nora Cortiñas. En diálogo con este diario, advirtió: “No se debe naturalizar esto, porque la Triple A empezó con intimidaciones y terminó matando compañeros.”

Los dirigentes de la CTA hablaron con el ministro del Interior, Florencio Randazzo, quien los recibirá la semana próxima. “Le vamos a pedir al Gobierno una investigación a fondo”, aseguró Yasky a PáginaI12.

La CTA también hará una denuncia penal por intimidación.

El secuestro le recordó a Micheli la razón por la que empezó a militar: en 1976, vivía en Junín con sus padres, que fueron secuestrados y luego legalizados en la cárcel de Mercedes. Eran militantes de base del PC. Con 16 años, la situación lo llevó a meterse en la juventud del PC. Dos años más tarde, empezó a trabajar de mozo en el Instituto Forestal Nacional y al año siguiente se afilió a ATE. Cuando ya era delegado, se acercó al sector de Víctor De Gennaro, al que acompañó hasta llegar a ser, en la actualidad, secretario adjunto de la CTA.

–¿Cómo fue el secuestro?

–El lunes, a las 22.45, me interceptaron en la puerta de mi casa. Cuando me bajé, con las manos levantadas, les dije: “No me maten, llévense el auto”. “Claro, porque no es tuyo”, me contestaron, porque sabían que el auto es del sindicato. Ahí me dijeron: “También te llevamos a vos, sindicalista garca. ¡Baja la vista!”. Y me pusieron una tela negra. No era una capucha, era una tela. Me pasearon dos horas haciéndome preguntas. En un momento, se cruzó un patrullero. Los tipos amartillaron las armas y dijeron: “Este nos está buscando a nosotros”. Yo me asusté y pensé que nos iban a matar a todos. Pero era como una parodia. Yo traté de hablar y me dijeron: “Quedate tranquilo, callate la boca, que no van a matar a nadie”.

–¿Qué le preguntaron?

–Me preguntaron por la plata de ATE. Extrañamente, no me preguntaron por mi hermano, sino que directamente me dijeron: “Vamos a la casa de tu hermano, que también es político y de ATE”. “Dejate de joder, sabemos dónde vivís, no te hagás el loco, no te zarpés”. A partir de un momento, me prohibieron seguir hablando: “Contestá sólo lo que te preguntamos”.

–¿Parecían policías?

–No, tampoco escuché “afirmativo”, “negativo”. Sí era correcto el léxico. No eran “fieritas”, no había alcohol ni droga. Tenían pelo corto, vestidos correctos. También tenían manejo de las armas: cuando me apuntaron, ponían la mano izquierda en la culata. No revoleaban el arma haciendo alarde.

–¿De qué sector creen que vino esto?

–No sabemos. Sí tengo claro que fue el lunes a la noche, cuando se armó el quilombo de los cacerolazos. No creo mucho en las casualidades. También era conocida mi posición de no ir a la plaza el miércoles y es verdad que tengo una mala relación con los ministros y con la propia Presidenta.

–¿O sea, que piensa que el Gobierno puede haber armado esto?

–No, lo descarto de plano, por ahora. Con el revoltijo que hay en el país, también puede ser que se aproveche esta situación para amedrentar. Pero no se debe naturalizar esto porque no quiero que termine como en los setenta: la Triple A empezó con intimidaciones y terminó matando compañeros. No queremos que la Argentina se convierta en Colombia.

–¿Qué le van a reclamar al ministro del Interior?

–Queremos que el gobierno nacional y provincial tomen nota, porque Julio López sigue desaparecido. Cristina estuvo en París en una marcha por Ingrid Betancourt y me parece bien, pero acá no participó de ninguna marcha por Julio López. Queremos que se ponga a la cabeza de esto.

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Junto a Hugo Yasky, titular de la CTA, y a Nora Cortiñas, de Madres, Micheli denunció su secuestro.
Imagen: Bernardino Avila
 
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