El 4-0 con que Arsenal se impuso en el partido de ida fue demasiado condicionante para la revancha. Por eso, con muy poco, al equipo de Sarandí le alcanzó para ganarle 2-1 al Motagua en Honduras para clasificarse a la siguiente ronda, donde se medirá con Estudiantes. Alejandro Gómez y Facundo Coria, con un penal que le cometieron, marcaron los goles del actual campeón de la Copa Sudamericana.

Arsenal salió demasiado confiado en la ventaja que traía desde Sarandí. Con una actitud muy pasiva, se paró cerca de su arquero y le dejó el protagonismo al conjunto hondureño, que no desaprovechó el momento. Desesperado por la diferencia, Motagua atacó con mucha gente, sin preocuparse por el por entonces inexistente contragolpe del equipo argentino. Para colmo, una desinteligencia entre Brau y Campestrini le permitió a Josimar meter un cabezazo bombeado por encima del arquero para convertir el 1-0.

Paradójicamente, el gol en contra fue lo mejor que le podía pasar a Arsenal, porque funcionó como despertador. Se paró con mayor firmeza y manejó mejor la pelota. Además, los hondureños se envalentonaron más y regalaron espacios en el fondo. Así, de un pelotazo larguísimo de Campestrini que no supo rechazar Díaz llegó el empate del equipo de Garnero, cuando Gómez le ganó a los defensores y definió con un globito perfecto ante la apresurada salida de Morales.

Si quedaba algo de suspenso, el tanto significó la sentencia del partido. Arsenal supo que sólo necesitaba que pasara el tiempo para lograr la clasificación, mientras que los hondureños también tomaron conciencia que la serie estaba definida. Entonces, todo se desarrolló a un ritmo lento, sin intensidad ni dinámica. Por eso, casi no hubo llegadas y se jugó con un trámite de amistoso.

Ya sobre el final, cuando los dos esperaban el fin del encuentro, Coria armó una linda maniobra y forzó un penal, que el propio delantero convirtió con un zurdazo suave y esquinado, para seguir alimentando la racha de buenos resultados jugando fuera de Sarandí.