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Para quienes disfrutamos del fútbol es un placer leer la revista Un Caño. Una de las pocas revistas que se adentran en el mundo del fútbol sin tener que dedicarse a informar con qué modelo salen los futbolistas o a qué boliche nocturno concurren. Revista que se realiza con mucho esfuerzo y en la que escriben excelentes periodistas como Víctor Hugo Morales, Román Iucht o Mariano Hamilton, entre otros.

Esta semana, el Gobierno de la Ciudad Autónoma de la Ciudad de Buenos Aires ha notificado a la revista que ha decidido levantar la pauta publicitaria. El motivo: una nota publicada en la que el periodista Gustavo Veiga ha mencionado la relación entre los ex compañeros de Mauricio Macri en la comisión directiva de Boca Juniors con el tema de las escuchas ilegales y el procesamiento del jefe de Gobierno.

No es nuestro objetivo hacer lo mismo que hace Macri, que se llena la boca con alusiones al republicanismo, la institucionalidad y la defensa de la libertad de prensa, sino poner en debate las formas en que se utiliza la pauta pública y la privada.

Declamar la defensa irrestricta de la libertad de prensa no parece coherente cuando se levanta una pauta publicitaria porque no se “sintió cuidado”. Recordemos que la pauta presupuestada para este año es de más de 122 millones de pesos. Seguramente no será un monto importante el que le han quitado a la publicidad en la revista.

Pero es una muestra más de la incoherencia entre lo que se hace y lo que se dice defender. En 2006 el macrismo presentó en la Legislatura un proyecto de declaración en el que se cuestionaba el manejo discrecional de la publicidad oficial en los medios.

Mientras Mauricio Macri ya no puede hacernos creer que es lo que nunca fue, la revista Un Caño seguirá siendo una gran revista con la que el fútbol se podrá sentir cuidado. Con pauta o sin pauta.

* Diputado porteño por Nuevo Encuentro.