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RAI Cinema y la productora Nacne se asociaron para filmar No bajen los brazos, un documental sobre los jugadores de-saparecidos de La Plata Rugby Club. El trabajo está terminado pero todavía no tiene fecha de estreno en Italia. En Buenos Aires espera su presentación en televisión la miniserie Deporte, de- saparecidos y dictadura. El periodista Claudio Gómez descubrió a fines de marzo la historia del vigésimo rugbier desaparecido del equipo platense mientras investigaba para un libro. En Bariloche se corrió la novena edición de la Carrera de Miguel con sensación térmica de cero grado. En Quilmes otra prueba más que homenajea al atleta tucumano secuestrado por la última dictadura. En Puerto Madryn se recordó el 24 de marzo con un homenaje a los deportistas desaparecidos y charlas alusivas en escuelas de enseñanza media. Los años ’70 de la Argentina deportiva son como un imán. Sus historias atraen en Europa, convocan actos por Memoria, Verdad y Justicia en toda nuestra geografía y continúan aportando en un espacio de construcción colectiva que no se detiene.

Marco Silvestri es un director italiano que se interesó por lo que pasó entre 1975 y 1978 en el club de rugby La Plata; entre el asesinato de Hernán Rocca acribillado a balazos un año antes del golpe del ’76 y la desaparición del último jugador, Julio “Choclo” Alvarez. Filmó, entrevistó y consiguió documentos sobre las vidas de esos deportistas. “Jugábamos al rugby, estudiábamos, trabajábamos y militábamos en diferentes agrupaciones de la izquierda revolucionaria”, los recuerda Raúl Barandarian, un ex jugador, compañero y amigo de varios desaparecidos.

El documental de Silvestri

No bajen los brazos dura 56 minutos. En él, pasado y presente confluyen para hacer un recorrido doloroso y sentido por las historias de jugadores como Mariano Montequín, Santiago Sánchez Viamonte, Otilio Pascua y Pablo Balut, todos desaparecidos y campeones del Seven de DAOM, en 1973, o integrantes del plantel superior que logró el ascenso a Primera en 1972. Las capas geológicas de memoria que se formaron en torno de la militancia y la trayectoria deportiva de estos rugbiers ha permitido que se conozcan más casos semejantes. Hoy llegan a veinte los desaparecidos del mismo club.

El periodista deportivo Claudio Gómez acaba de descubrir la historia de Alejandro García Martegani. Estudiaba arquitectura como Sánchez Viamonte y Pascua, pero a diferencia del primero –la figura del plantel en aquellos años– no militaba en el PCML (Partido Comunista Marxista Leninista). Lo hacía en la JUP. Otros eran cuadros formados en Montoneros, el PRT-ERP o la JP.

Un capítulo de la miniserie Deporte, desaparecidos y dictadura, realizada para un concurso del Incaa y dirigida por Julio Santamaría y Carlos Martínez, ilustra estos casos también. El año pasado se pasó completa en el Centro Cultural de la Cooperación. Ahora espera por su estreno en alguna de las señales del sistema de televisión pública.

Miguel sigue corriendo

Marcela Ceballos es una profesora de educación física de la Universidad Nacional del Comahue. Su trabajo de hormiga, junto al de un grupo de colaboradores que la acompaña siempre, hizo posibles nueve ediciones de la Carrera de Miguel en Bariloche. Ella misma y Elvira Sánchez, la hermana del atleta desaparecido, escribieron a mano en cada medalla de arcilla entregada a los participantes la inscripción “Carrera de Miguel IX Edición”. Lo hicieron en una tarde, mientras esperaban ansiosas las remeras para la prueba que faltaban llegar desde Buenos Aires.

El domingo 30 de marzo todo estuvo en su lugar. Las medallas, las camisetas, los entusiastas participantes, los números artísticos que precedieron a la premiación. Bariloche no acompañó con la temperatura, pero a nadie le importó el viento helado que soplaba desde el lago Nahuel Huapi ni la lluvia persistente. Claudio Morresi, el ex secretario de Deporte de la Nación, llegó desde Buenos Aires. Gervasio Díaz, de HIJOS Alto Valle, desde Cipolletti. Y decenas de corredores desde una populosa y extensa Bariloche que se acerca con rapidez a los 150 mil habitantes.

En Quilmes se organizó el mismo día una nueva edición de la Carrera de Miguel. La Secretaría de Deportes bonaerense que conduce Alejandro Rodríguez quiere que la prueba se desarrolle este año en unas cuantas ciudades más. En una conferencia de prensa quedaron confirmadas Carmen de Patagones, Roque Pérez, Cañuelas, La Madrid, Exaltación de la Cruz, Benito Juárez, Lobos, Alem, Berazategui y Coronel Suárez. La expectativa de máxima es llegar a los 135 municipios de la provincia.

La creación de la Asociación Carrera de Miguel es otro paso adelante en la consecución de este tipo de metas. Nació en noviembre del año pasado en el predio de Mansión Seré de Castelar, donde se construyeron la Casa de la Memoria y la Vida y el polideportivo municipal Gorki Grana. Allí funcionó un centro clandestino de detención durante la última dictadura del que se fugó en 1978 Claudio Tamburrini, el ex arquero de Almagro y testigo clave en el juicio a las juntas militares de 1985.

Con el poder amplificador que tiene el deporte, estas historias llegaron a facultades, escuelas y bibliotecas. Deporte, desaparecidos y dictadura se proyectó en la Universidad San Juan Bosco de Puerto Madryn y en la regional Bariloche de la Universidad del Comahue. Además en los institutos de Enseñanza Media 710 y 775 de aquella ciudad. Los alumnos secundarios de varios colegios del país saben hace años quién fue Miguel Sánchez, el atleta, poeta y militante desaparecido. Sobre todo los de la Escuela Ernesto Che Guevara de Berazategui.

Ahora también conocen qué pasó con otros deportistas como él. Nuestro peor pasado se resignifica en un presente repleto de memorias vitales que siguen y seguirán corriendo junto a Miguel.

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