Emanuel Ginóbili confesó ayer que está “triste y desilusionado” por su baja para el Mundial de España y confió que quería despedirse “en la cancha” del seleccionado argentino de básquetbol, aunque se sinceró al afirmar que la lesión por la que quedó afuera del torneo, por pedido de su equipo San Antonio Spurs, “no está del todo curada”. Ginóbili reconoció que después del entrenamiento del último miércoles sintió dolores en la misma zona en la que sufrió una fractura por estrés en el peroné durante las finales de la NBA, que San Antonio le ganó a Miami Heat, y por la que hizo reposo hasta hace pocos días en Buenos Aires. “Había estado 42 días sin poder entrenarme como es habitual, para no poner estrés en el peroné. Y eso me hizo llegar a la concentración en un estado físico penoso –escribió el bahiense en su habitual columna del diario La Nación—. Comencé los trabajos en la pileta aceptablemente, pero ya cuando pasé a la cinta empezaron a surgir varios dolores, sobre todo en el tobillo derecho y el pie izquierdo. Hice mucho tratamiento y mucha elongación, y de a poquito parecía que aflojaban, pero cuando este miércoles empecé a forzar más, a correr y tirar en el parquet, al finalizar la sesión de entrenamiento reapareció el dolor en el mismo lugar del peroné de la fractura original. Eso básicamente le dio el golpe de gracia a las expectativas que tenía de armar algún tipo de plan para llegar a jugar en España”, concluyó.