El estadio Monumental será nuevamente el escenario del partido más importante del fútbol argentino. River y Boca volverán a enfrentarse desde las 17.15 de hoy en un partido que no sólo tendrá la clásica rivalidad en juego, sino que podría determinar el futuro de ambos equipos en el campeonato. River, que bajo las órdenes de Marcelo Gallardo llega al superclásico invicto y dueño de un estilo rápido y agresivo que lo convirtió en el equipo sensación del torneo, necesita volver a la victoria –después de dos empates– ante el rival de toda la vida para rubricar su candidatura a quedarse con el torneo y lograr el bicampeonato. Tras la salida de Carlos Bianchi por malos resultados, Boca se vio fortalecido rápidamente con la llegada del Vasco Rodolfo Arruabarrena, que con buenos resultados y un notable cambio de actitud en el equipo encontró los nombres para volver al camino del triunfo. Aunque pelea desde atrás la carrera por la punta del campeonato, el equipo xeneize se jugará acaso su última oportunidad para descontarle un paso al club millonario y prenderse en el pelotón de arriba que persigue el título.

Con un estadio Monumental totalmente repleto, custodiado por un operativo policial record de más de 1300 policías, el 193º Superclásico mostrará tanto a River como a Boca en sus mejores versiones de los últimos años. Después de conseguir el torneo Final con Ramón Díaz como entrenador, Gallardo presentó una versión mejorada de River, que en las primeras nueve fechas terminó como el equipo más goleador y el que tiene la valla menos vencida. La ausencia de Matías Kranevitter, clave en el mediocampo millonario, es la gran pérdida del local, que tendrá en la experiencia de Leonardo Ponzio y la calidad del colombiano Teófilo Gutiérrez y la de sus acompañantes, Leonardo Pisculichi y Rodrigo Mora, sus principales argumentos para buscar el triunfo desde el primer minuto de juego.

Con el Vasco Arruabarrena al mando, Boca volvió a ilusionar a su gente tras el ciclo fallido de Bianchi. La aparición de César Meli en el mediocampo y del trío de ataque que conforman Jonathan Calleri, Andrés Chávez y Federico Carrizo le otorgaron contundencia goleadora –sobre todo por la explosión del ex Banfield en las redes rivales– y solidez en la recuperación en la mitad de la cancha. La ausencia de los lesionados Daniel “Cata” Díaz y de Juan Forlín en la defensa será la máxima preocupación de Arruabarrena, que finalmente confirmó al joven Lisandro Magallán y al polifuncional Nicolás Colazo como sus reemplazantes.

Independientemente de las impredecibles aristas que seguramente tendrá el partido, ambos técnicos adelantaron la actitud que mostrarán sus equipos. El carácter para ir a buscar los tres puntos en Núñez, donde supo lograr triunfos históricos, será el talante de Boca para arruinarle a River la fiesta en la que Gallardo pretende que su equipo se luzca con buen fútbol y goles ante 62 mil hinchas millonarios.