El presidente de Boca, Daniel Angelici, le pidió ayer la renuncia al director técnico Rodolfo Arruabarrena, pero finalmente aceptó darle una nueva oportunidad en el cargo, tras una reunión mantenida en el predio de Casa Amarilla, el día después de la dura derrota con San Lorenzo en la final de la Supercopa Argentina.

De este modo, el Vasco dirigirá al equipo en la Bombonera el domingo próximo frente a Atlético Tucumán, por la segunda fecha de la Zona 2 del torneo de Primera División, luego de argumentar “fuerzas para seguir”.

El presidente llegó a la reunión con el claro mandato de la comisión directiva de exigirle al entrenador un paso al costado. “Nosotros creemos que el ciclo está cumplido”, le dijo luego de que el miércoles, en la previa del partido, asegurara públicamente que la continuidad no estaba vinculada con el resultado.

Pero Arruabarrena, en sintonía con lo que declaró anteanoche en el estadio Mario Alberto Kempes tras la goleada, le pidió un voto de confianza con la convicción de que se considera apto para revertir el mal momento deportivo que vive el club de la Ribera. Esa postura del técnico y la consulta previa que Angelici había hecho con los referentes de plantel terminaron de torcer la voluntad inicial del dirigente.

El arquero Agustín Orion, el defensor Daniel “Cata” Díaz, el mediocampista Fernando Gago y el delantero Carlos Tevez le aseguraron por teléfono al presidente que el plantel respalda absolutamente al DT que el año pasado llevó al campeonato a coronarse campeón en el torneo de los 30 equipos y en la Copa Argentina.

En la reunión que mantuvieron a solas, Angelici le planteó también al Vasco que la mayoría de los miembros de la comisión directiva le retiraron el apoyo y que la decisión de extenderle el crédito fue prácticamente una determinación presidencial.

La continuidad de Arruabarrena, de plazo incierto, se confirmó en medio de una ola de rumores con nombres de eventuales reemplazantes. Algunos de ellos lógicos, como Martín Palermo y Guillermo Barros Schelotto; otros quiméricos, como Marcelo Bielsa, y otros sorpresivos, como Diego Cocca.

Por lo pronto, el Vasco se sentará en el banco de suplentes el domingo con la certeza de que sólo extenderá su permanencia en el cargo con una victoria ante los tucumanos; caso contrario, su situación será insostenible.

La imagen del entrenador de Boca se deterioró este año con malos resultados en la pretemporada, el inicio del torneo local y la Supercopa Argentina. El equipo lleva seis partidos sin ganar (un empate y cinco derrotas) y cinco encuentros sin convertir. Las dos derrotas con River en el verano, una de ellas con tres expulsados, pusieron al técnico en el centro de los cuestionamientos y el 4-0 frente a San Lorenzo lo dejó al borde del precipicio.

El plantel regresó ayer a la mañana al trabajo con una práctica a puertas cerradas y hoy volverá a entrenarse con vistas a lo que ahora se convirtió en un trascendental partido con el recién ascendido Atlético Tucumán.