San Lorenzo y Lanús se enfrentan hoy en el Monumental, en lo que será la gran final de un torneo único, el de Transición: dos zonas de 15 equipos y los primeros de cada una juegan un partido decisivo. En la previa del partido más importante del semestre del fútbol argentino, ambos entrenadores se expresaron. “Si Lanús es el mejor equipo, como muchos lo consideran, lo debe ratificar ganando la final del campeonato. San Lorenzo también hizo méritos para llegar a la final”, sostuvo Jorge Almirón. Por su parte, Pablo Guede aseguró que el equipo respetará sus principios futbolísticos. “No cambiaremos, porque si hay algo que nos caracterizó en este primer semestre, es que siempre intentamos ser protagonistas, en cualquier cancha. A veces nos salió bien, otras mal o regular. Buscaremos el partido desde el inicio”, prometió.

El camino hacia la final de San Lorenzo se inició en Paraná, cuando enfrentó a Patronato e igualó 2-2 con goles de dos de los emblemas de este equipo: Néstor Ortigoza y Leandro Romagnoli. Luego de ese encuentro, San Lorenzo disputó la final de la Supercopa Argentina y vapuleó a Boca por 4-0. El triunfo le dio algo de tranquilidad al entrenador y el envión anímico desencadenó una racha de tres victorias consecutivas. Dio vuelta el resultado ante Sarmiento, en el Nuevo Gasómetro, y lo derrotó por 2-1 con goles en los últimos quince minutos, 2-0 a Olimpo, en Bahía Blanca, con tantos de su goleador, Blandi, y 3-2 ante Vélez. Llegó el turno del clásico ante Huracán, las heridas por la derrota del año pasado en la que cedió la punta ante Boca, aún estaban latentes. El resultado final fue 1-1, con un gol agónico de Ramón Abila. No dejó buenas sensaciones en el conjunto de Boedo el desempeño en el duelo más esperado. A la semana siguiente empató sin goles ante Gimnasia, en La Plata.

En la 7ª fecha se produjo el primer sismo: derrota 2-0 ante Arsenal, como local. Pero la caída no finalizó ahí: cayó por goleada ante Quilmes por 3-0, en el Sur. “La derrota me deja preocupado por el rendimiento del equipo, por la forma en que jugamos, que fue la peor de todo el ciclo”, declaró Guede tras la caída. Unos días después, el presidente del club, Matías Lammens, aclaraba: “Nuestra idea es respetar el contrato de Guede, por más que los resultados no sean los mejores”.

Tocó fondo y después de la goleada sufrida, San Lorenzo hilvanó siete victorias consecutivas: 3-2 ante Belgrano; 1-0 ante Godoy Cruz en Mendoza, en un partido clave por la lucha del primer puesto; y, luego de quedar eliminado en la Copa Libertadores, venció 2-1 a Central; 1-0 ante Huracán en el clásico, como local, y revancha del partido anterior; 1-0 ante Independiente, en Avellaneda; 2-1 ante River; y 2-0 ante Colón, en Santa Fe. En la última fecha, con el gol de Sebastián Blanco, en el empate ante Banfield y gracias a la derrota de Godoy Cruz en el clásico, accedió a la tan ansiada final.

El andar de Lanús en el torneo se caracterizó por la regularidad. A diferencia de San Lorenzo, no participó en la Copa Libertadores. Comenzó su periplo con cuatro victorias consecutivas: 1-0 ante Estudiantes, en La Plata; 2-1 ante Defensa y Justicia con tantos de su goleador, Pepe Sand; 1-0 ante Temperley, de visitante; y mismo resultado ante Atlético Tucumán. Luego empató 2-2 ante San Martín, en San Juan; le ganó a Newell´s en el Sur por 3-0, y luego de esa gran actuación llegó la primera derrota: 1-2 ante Racing, en Avellaneda. La caída fue un punto de inflexión. El Granate se repuso y logró seis victorias en cadena: 2-0 ante Boca; 4-0 ante Unión, en Santa Fe; 2-0 ante Banfield, en el clásico; y, como visitante, 2-1 ante Atlético Rafaela; triunfó nuevamente en el clásico con Banfield por 2-0; derrotó 1-0 ante Tigre, en Victoria; y en la fecha 14, con el 2-0 ante Aldosivi, selló su pasaje a la final, con dos fechas de antelación. Ya en la penúltima igualó 1-1 ante Argentinos, en La Paternal; y cerró el certamen con una derrota por 1-3 ante Huracán, con varios suplentes.

Informe: Pedro Ruiz de Galarreta.