Domingo, 29 de mayo de 2016 | Hoy
DEPORTES › CLAUDIO MORRESI HABLA SOBRE LOS JUEGOS OLIMPICOS
El ex secretario de Deporte de la Nación critica la gestión de su sucesor, Carlos Mac Allister, el tarifazo que afecta a los clubes de barrio y defiende su trayectoria de diez años en la gestión pública. La más larga de la historia en la Secretaría.
Por Gustavo Veiga
Casi una década de gestión lo transformó en el secretario de Deporte de la Nación que más tiempo permaneció en su cargo desde 1973. En los últimos sesenta años, también puede acreditar la mayor cantidad de medallas obtenidas en Juegos Olímpicos para un ex funcionario de su rango. Claudio Morresi integró los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner donde alternó buenos y malos momentos. Pero trabajó, como él mismo dice, “para que hubiera un Estado presente” en el mundo deportivo. Hoy volvió a militar desde el llano, sobre todo como lo hizo siempre: muy cerca de los organismos de Derechos Humanos. Con el bajo perfil que lo caracteriza, habló de su paso por la Secretaría, la política del área que viene desarrollando Carlos Mac Allister desde que Mauricio Macri asumió como Presidente, la problemática de los clubes de barrio ante los tarifazos, la crisis de la AFA y los atletas de alto rendimiento que competirán en los Juegos de Río de Janeiro.
–¿Cómo llegaremos a la cita olímpica del 5 de agosto?
–Argentina irá hasta el momento con 195 atletas, la mayor delegación de los últimos 20 años. Todos recibieron en gran medida lo que necesitaron durante su preparación olímpica para dar su máximo potencial. En la gestión anterior, la nuestra, existió la decisión política de crear leyes como la del Enard y un constante aumento del presupuesto para deportes.
–¿Usted quiere decir que los frutos del ciclo olímpico que está por finalizar se verán reflejados en los próximos Juegos?
–El más importante ya se está viendo, cuando uno nota que integran las selecciones nacionales jóvenes que provienen de todos los sectores sociales y esto sucede porque hubo un Estado presente que los acompañó en su desarrollo. Después, desde lo competitivo, me comentan que sumaríamos entre 10 y 20 medallas y diplomas en total. Los que más posibilidades tienen de conseguirlo son Paula Pareto en judo, Yamil Peralta en boxeo, Federico Grabich en natación, Juan Martín del Potro en tenis y el rugby, hockey, fútbol, vóley y la vela. No hay que olvidarse de que en once Juegos desde 1956 al 2000 se lograron 18 medallas, pero ninguna de oro y en los últimos tres, del 2004 al 2012, se conquistaron 16 con cinco de oro. Aunque será muy difícil conseguir una medalla dorada, esperamos seguir en esta senda.
–¿Cuál era el estado general del deporte argentino cuando usted asumió su cargo en 2004?
–Lo encontramos en un alarmante estado de destrucción por políticas económicas y sociales similares a las que se implementan hoy. Recordemos que en 2002 no pudimos organizar ni siquiera los Juegos Sudamericanos. Recién en 2006 logramos recuperar el respeto de la comunidad deportiva internacional cuando los hicimos en la ciudad de Buenos Aires y a partir de las obras realizadas y los diferentes avances como país, en 2013 recibimos los Sudamericanos Escolares y los Parapanamericanos y conseguimos la sede de los Juegos Olímpicos Juveniles 2018.
–¿Qué diferencias en la política deportiva percibe entre su gestión y la de Mac Allister?
–Uno ve claramente las diferencias en que para nosotros, los Juegos Evita, el Enard, los clubes de barrio y el Fútbol para Todos eran concebidos como una herramienta para un desarrollo humano equitativo. Ellos, por ejemplo, los alojamientos de la Villa Olímpica 2018 y el proyecto que tienen para vender las tierras del Cenard los sienten como un gran negocio inmobiliario, porque al menos en el primer caso, no van a ir a vivir ahí quienes necesitan acceder a su primera vivienda.
–¿En qué estado quedó la implementación de la reformada Ley del Deporte?
–Si se cumpliera, le permitiría al gobierno nacional gestionar y dar respuestas a las necesidades que tienen el deporte social y el desarrollo deportivo. Lo más grave es que la no implementación de la actualización de la Ley del Deporte produce un daño institucional a la democracia, porque a las leyes hay que cambiarlas o cumplirlas. Cuando se crean artilugios a través de decretos, lo que se hace es no respetar la voluntad popular. Las acciones que lleva adelante el gobierno de Macri relacionadas con el deporte, son del mismo contenido ideológico que implementó en otras áreas intentando terminar con un Estado que buscaba la igualdad de posibilidades y la movilidad social ascendente.
–Además se han desmontado programas en la Secretaría bajo el argumento de que estaban demasiado volcados a lo social o plagados de ñoquis.
–Al despedir a cientos de profesores cerrando el programa de Líderes Deportivos, se le quita a miles de jóvenes la posibilidad de capacitarse y hacer actividad deportiva. Jóvenes de los barrios que necesitan a un Estado presente para mejorar su calidad de vida.
–¿Se desprende de lo que dice que su opinión sobre la corta gestión de Mac Allister es bastante negativa?
–Sé que tiene un buen trato con los trabajadores y buenas intenciones para desarrollar el deporte. El tema es que está dentro de un proyecto político económico que atenta contra sus intenciones. Estoy convencido de que los hijos ideológicos de Cavallo nos están gobernando.
–¿Cuál es su opinión sobre la problemática que afecta a los clubes de barrio por el tarifazo?
–Para atenuar el daño que produjeron con el aumento de tarifas, podrían haber ejecutado los 300 millones de pesos que tienen en el presupuesto para clubes de barrio utilizando la documentación de más de cinco mil instituciones deportivas que existe en la Secretaría. Reaccionaron cuando el problema estalló mediáticamente y ahora, el ministro Aranguren que transcurrió su vida entre countries y clubes de la alta sociedad, les pone a los clubes barriales que necesitan la tarifa social requisitos que dejan afuera al 85 por ciento.
–Usted fue desplazado de la Secretaría por el gobierno de Cristina Kirchner cuando estaba a punto de cumplir diez años en el cargo y en su lugar nombraron a Carlos “Camau” Espínola por una razón electoral, quien tuvo una tarea opaca en su corta gestión. ¿Cómo tomó esa decisión?
–Estoy dentro de un proyecto político por convicción, por lo tanto tengo que dejar de lado sensaciones personales para priorizar lo colectivo. Entendí que después de la gran elección que hizo Camau por la gobernación de Corrientes había que darle la posibilidad de que siguiera trabajando en el gobierno nacional y por su pasado, la Secretaría de Deportes era un buen lugar.
–¿Cumplió con las metas propuestas el Observatorio Nacional del Deporte y la Actividad Física en el que lo nombraron después de ser secretario?
–Claro que sí. Instituyó las bases de la ley 27.201 que crea el Enaded para la implementación de la asignación universal por deporte y la ley 27.202 que actualiza la Ley del Deporte. Si el gobierno decidiera ponerlas en funcionamiento, se alcanzaría una mejora sustancial para los próximos 30 años del deporte argentino.
–¿Qué balance hace del Fútbol para Todos?
–Fue un intento de sumar como derecho un bien cultural que el pueblo tomó como propio y permitió encontrar un espacio de comunicación que llevaba a la gente las acciones de gobierno. Las mismas que eran distorsionadas por el grupo que concentra los medios de información.
–¿Qué piensa de la crisis que está atravesando la AFA?
–Todos queremos que se termine el desfasaje económico que puso a las economías de los clubes en rojo. Pero no puedo negar que cuando escucho que un CEO estará al frente de la Súper Liga, me vienen imágenes de las cuentas offshore que Prat-Gay le recomendaba a Amalita Fortabat o la que tenía Boca cuando Macri era su presidente. Una ingeniería económica que solo sirve para evadir impuestos y crear un país más desigual donde las copas y medallas de lo que sea se las terminarán repartiendo entre dos o tres.
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