Domingo, 27 de agosto de 2006 | Hoy
DEPORTES › EMANUEL GINOBILI VALORO LA CLASIFICACION, PERO NO SE CONFORMA CON LO CONSEGUIDO
Tras eliminar a Nueva Zelanda, la Selección Argentina ya piensa en el futuro. Hubo autocrítica por los triples fallados, aunque hay confianza para revertirlo ante Turquía.
Pasó Nueva Zelanda, pero la Selección Argentina sigue enfocada en objetivos más ambiciosos. Lejos de conformarse, los integrantes del plantel dieron por natural la clasificación para los cuartos de final y ya están pensando en Turquía, el adversario en la próxima instancia. Y, sobre todo, en corregir los problemas con los lanzamientos externos, un aspecto en el que el conjunto de Sergio Hernández falló rotundamente ante los oceánicos.
La mejor muestra de la mentalidad de la Selección la brindó Emanuel Ginóbili, el mejor jugador argentino ante Nueva Zelanda. “Sabíamos que hasta cuartos, de una manera u otra, íbamos a llegar. Ahora empieza lo realmente importante. Es un reto porque tenemos ambiciones”, expresó el bahiense, autor de 28 puntos. Y en ese sentido, la cabeza ya está metida en Turquía, el próximo adversario, que ayer le ganó a Eslovenia (ver aparte). “Turquía tiene jugadores casi desconocidos para mí, pero mis compañeros que juegan en Europa me dicen que son muy talentosos; los eslovenos también son talentosos, pero creo que tienen mejor juego de equipo”, indicó el escolta.
Por su parte, el entrenador Sergio Hernández también se refirió al próximo compromiso: “Es un clásico rival turco, con muchísimo temperamento, muy aguerrido, que tiene jugadores que están pasando un nivel muy alto y con unos internos de muy buen físico. Igual, ante Eslovenia tuvo un poco de fortuna”. Para el base Juan Ignacio Sánchez, no hay demasiados misterios, si es que Argentina desarrolla sus virtudes. “Basan su juego en el aspecto físico y en una buena defensa. Pero nosotros estamos confiados y sabemos qué es lo que tenemos que hacer para derrotarlos”, indicó el armador, pieza vital en el equipo.
Los 17 triples fallados ante Nueva Zelanda no pasaron inadvertidos, aunque también sirvieron para dejar en claro que el equipo tiene variantes. “Nos fue muy mal de tres puntos en un partido en el que no necesitamos mucho esa vía, pero eso va a cambiar cuando ese tiro se convierta en una obligación”, comentó Ginóbili. “No estuvimos acertados en los triples, pero nunca tomamos malos tiros. Si metíamos cinco o seis triples, algo que suele ser normal, hubiéramos quebrado el partido mucho antes”, agregó Sánchez. Y Rubén Wolkowyski le encontró el lado positivo: “Necesitamos estar más certeros, pero demostramos que no dependemos del tiro exterior”. Una muestra concreta de la confianza que tiene el campeón olímpico.
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