Domingo, 27 de agosto de 2006 | Hoy
Por M. J.
–¿Se quedó conforme con las decisiones de la Convención.
–Hay dos posiciones recíprocamente rupturistas. Los que plantean una concertación con el Gobierno lo hacen a costa de la unidad del radicalismo y quienes buscan atar al radicalismo detrás de la candidatura presidencial de Lavagna también la plantean desde una posición de exclusión de los demás. Primero hay que discutir un modelo de país y un proyecto de sociedad y no discutir una candidatura como una estrategia de salvación o de supervivencia. Lavagna y Kirchner representan lo mismo y ninguno de los dos está dispuesto a producir los cambios al modelo económico que se implementó en la década del 90. Por eso creemos que el debate programático no está agotado.
–¿Se va a quedar en el radicalismo?
–Se están yendo los que de acá salen para ir a cantar la marcha peronista. Y otros atan su estrategia de supervivencia a un candidato de otro partido. Yo soy partidaria de acuerdos con otros partidos, pero sin una cuestión programática es simplemente ir a cantar la marchita y eso es lo que nos está haciendo daño.
–Pero todo parece indicar que se va a pactar con Lavagna.
–La sobreexposición de Alfonsín haciendo campaña a favor de Lavagna muestra cuál era el objetivo de esta Convención.
–Pero la postura que usted ha planteado cosechó una importante adhesión.
–Los otros son acuerdos de superestructuras, nuestra postura refleja las opiniones de los militantes y afiliados por abajo. Y en lugar de preguntarnos qué nos pasó para que haya gente que se va del partido, insistimos en que los mismos que han conducido erróneamente el partido en los últimos quince años son los que hoy siguen negociando en nombre del partido. Nosotros proponemos buscar a quienes piensan más o menos lo mismo que nosotros para confluir en una alternativa. En cambio, otros prefieren un partido chiquito replegado sobre sí mismo.
–Quienes propusieron candidatos radicales la postularon a usted.
–Hoy tuvimos una estrategia común con esos sectores, porque planteamos lo mismo: ni Kirchner ni Lavagna. Pero dentro de ese grupo hay quienes dicen que hay que ponerse la boina blanca y salir con candidatos propios. Creo que el aislamiento del partido no sirve para producir ningún cambio. Hoy el radicalismo debe construir una alternativa que se considere con capacidad de gobernar y producir esas transformaciones para no terminar nuevamente en la frustración que fue la Alianza.
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ERNESTO SANZ.– No los echaron pero tomaron la decisión de marginar a los que propician concertar con el Gobierno.
– Tratamos de poner en discusión la construcción de un modelo de poder en la Argentina que propicia la cooptación de dirigentes de otros partidos. Como el del Gobierno que va por todo. Por eso nos proponemos construir un modelo alternativo, progresista, republicano, conscientes de nuestra debilidad como partido pero con la fortaleza de saber que tenemos una estructura en cada pueblo del país. En algún lado iremos solos con nuestros candidatos y en otros acompañados. Por eso no es un dato menor la presencia aquí de la cúpula del Partido Socialista. El espacio de centroizquierda no está monopolizado por el Gobierno.
–¿Esto lo pueden construir con Lavagna como candidato a presidente?
–Es una posibilidad, yo no la descarto. Primero tendrá que definir Lavagna si va a ser candidato y si el radicalismo está dispuesto a que Lavagna forme parte de esta propuesta.
–¿Cómo imagina ahora la vida de los radicales K?
–Complicada. La nuestra tiene todo para crecer y para ganar. En el caso nuestro somos todos los que estamos acá y arrancamos, desde una posición de debilidad, lo que se quiera. Ellos están viviendo una luna de miel, un romance con el Gobierno, y como en la vida eso en un momento se acaba. ¿Cuándo? Cuando empiecen a definir cuestiones electorales y tengan que convivir con el peronismo de todas las provincias.
–¿No les molesta compartir un frente con ex duhaldistas?
–Primero compartir bases programáticas, después veríamos qué impedimento moral o político puede tener. A la síntesis del progresismo en Argentina, que es el kirchnerismo, no le importa compartir con personas que más que antecedentes tienen prontuario.
–Algunos ex duhaldistas también.
–En la Argentina hay para todos los gustos, de lo que se trata es de construir una alternativa a este Gobierno.
–Usted planteó generar una propuesta electoral competitiva.
–Frente a un proyecto de poder hegemónico no hay que contraponer proyectos testimoniales, hay que ir a las elecciones a disputar poder, voto a voto. Para eso hay que tener una opción competitiva.
–Usted apoya la opción de Lavagna.
–Lavagna es hoy un candidato competitivo.
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