Toda la esperanza de una nueva etapa se derrumbó en pocos minutos. Con Horacio De la Peña haciendo su debut como su coach, Guillermo Coria duró apenas diez minutos en el Abierto de los Estados Unidos: perdía 3-2 en el primer set contra el local Ryan Sweeting (495º) cuando, en un intento por llegar a una pelota difícil por la derecha, resbaló en el cemento húmedo de la cancha número 7 y sufrió la lesión en la parte interior del muslo derecho. De esa forma quedó eliminado del certamen.

“Me fui adelante a buscar una pelota y se me resbaló el pie. Entonces sentí un fuerte pinchazo en el aductor derecho. Cuando me revisó el doctor, me recomendó que no siguiera jugando para no empeorar la lesión”, relató Coria. “Ojalá sea una simple contractura y no un desgarro. No quisiera perder más tiempo en mi preparación”, añadió.

“Me voy con un poco de bronca porque me había estado preparando muy bien”, dijo el santafesino, quien, ahora con De la Peña, lucha por recuperar la forma que lo llevó hasta el tercer lugar del mundo, momento que se vio interrupido en el 2004, cuando fue operado del hombro derecho. En este momento, Coria es el 42º jugador del mundo.

“Después de tanto tiempo sin jugar confieso que entré un poco nervioso, pero a medida que se fue dando el partido iba ganando más confianza. Cuando llegó la lesión ya estaba en mi ritmo”, manifestó el argentino, que confesó que se entrena diariamente hasta en cuatro turnos.

“Cuando estaba en la cumbre no tenía plena conciencia de lo que era estar ahí. Ahora, que en vez de jugar en canchas centrales debo compartir las secundarias con otros tenistas, me doy cuenta de que debí disfrutar más de aquellos días”, apuntó. No obstante, dijo estar dispuesto a regresar a los primeros planos. “Tengo sólo 24 años, y aunque el tiempo pasa volando, todavía me queda mucho tiempo por delante en las canchas. Lo principal es que recuperé las ganas de entrenarme y de pensar nuevamente en el tenis”, subrayó.