Atletas y dictadura, la generación perdida es un documental periodístico de 35 minutos que se realizó entre febrero y julio de este año en Argentina y Brasil. Las entrevistas fueron hechas en Buenos Aires y La Plata, mientras la posproducción continuó en Río de Janeiro. Cuando el periodista deportivo Marcelo Outeiral le comentó a Marco Villalobos –su ex profesor de la universidad– que tenía un proyecto para viajar a Argentina y comenzar el trabajo sobre los deportistas desaparecidos, los dos decidieron venirse con lo indispensable. Sumaron a Milton Cougo, un experimentado camarógrafo de la TV brasileña, y contactaron uno por uno a los once entrevistados, entre familiares y amigos, al secretario de Deporte, Claudio Morresi, y a la madre de Plaza de Mayo Juanita Pargament.

Outeiral había interesado por el documental a TV Globo, la cadena donde se desempeña, pero su idea no tuvo buena recepción. Entonces decidió emprender el viaje con sus compañeros y sin ningún respaldo económico más que el de sus propios bolsillos. Hoy, con el trabajo concluido, Villalobos hace algunas aclaraciones necesarias: “Nosotros somos dos reporteros, no somos cineastas. Hicimos un trabajo periodístico, con mucho tesón y corazón. Podría decir, porque no tengo ninguna veleidad, que debería tener esto o lo otro, también que hasta podría ser mejor, pero lo que me importa es una cosa: a mí me emociona cuando lo veo”.

La película está dividida en cuatro segmentos, que contienen otras tantas historias de deportistas argentinos desaparecidos: son las del tenista Daniel Schapira, la jugadora de hockey sobre césped Adriana Acosta, el atleta Miguel Sánchez y los rugbiers del club La Plata. “Yo pienso que es la generación que falta en Argentina...”, dice emocionada Teresa, la mamá de la delantera del club Lomas, en este trabajo que combina los testimonios con alguna perla como el discurso de despedida del dictador Jorge Rafael Videla a una delegación de Los Pumas.