Domingo, 5 de agosto de 2007 | Hoy
EL PAíS › ALBERTO BALESTRINI PRESENTO SU CANDIDATURA
Ya es oficialmente el vice de Daniel Scioli en la provincia de Buenos Aires, final de un proceso de meses que tuvo varias crisis, pero mucha participación del Presidente.
Por Martín Piqué
Un hombre de la política. La definición pinta de cuerpo entero a Alberto Balestrini. Aunque a la pintura habría que agregarle que también es un hombre del peronismo. Y de la provincia de Buenos Aires. Esas son las condiciones que lo llevaron hasta el segundo lugar de la fórmula bonaerense que encabeza Daniel Scioli. Su unción como acompañante de Scioli venía preparándose desde hace meses, soportó varias crisis –a Balestrini no le agradaba mucho dejar la presidencia de la Cámara de Diputados– y terminó de definirse cuando Néstor Kirchner regresó de México. Mucho tiempo pasó desde que el apellido de Balestrini sonó por primera vez en los medios nacionales: fue en 1999, cuando ganó de arremetida una elección que parecía tener atada la conductora Elsa Satragno, alias Pinky. Hoy es un alfil estratégico del kirchnerismo (aunque algunos incondicionales K lo imaginan como una torre lista para hacer un enroque ante la menor amenaza que surja en La Plata). “Con Daniel vamos a trabajar 24 horas por día, cada uno cumpliendo el rol que le compete según la constitución de la provincia”, se desentiende Balestrini durante la entrevista con Página/12.
La elección de Balestrini como candidato a vicegobernador se terminó de definir el jueves en una reunión en el despacho del jefe de Gabinete, Alberto Fernández, en la que estuvieron el Presidente y Scioli. “El fin de semana lo anunciamos”, aprobó Kirchner al final de la charla. El viernes, el vice se presentó en el Congreso para comunicárselo a Balestrini. Fue al mediodía y se escucharon las formalidades de ocasión. Scioli y Balestrini nunca tuvieron la mejor química (en el peronismo bonaerense se dijo que el ex motonauta prefería como acompañante al senador José Pampuro). Aunque eso no significa que la relación entre Scioli y Balestrini sea tensa, o que estén distanciados por la desconfianza mutua.
El único problema que puede haber separado a los dos candidatos de la fórmula bonaerense tiene que ver con el origen porteño de Scioli. Como veterano de la política provincial, Balestrini no ocultó su desazón por la decisión de Kirchner de correr a Scioli de Capital a Buenos Aires. En aquel momento Mauricio Macri aún no había decidido si competiría por la ciudad, por la gobernación o por la presidencia. Kirchner quiso garantizar un triunfo en el mayor distrito del país, el mismo que en 2003 le había garantizado el pase a la segunda vuelta. Los otros candidatos a gobernador, entre los que se mencionaba a Balestrini, Aníbal Fernández y otros, no sumaban mucho en las encuestas.
En una (poco frecuente) muestra de honestidad brutal, Balestrini todavía reconoce que el desembarco de Scioli en la provincia le causó preocupación. “Yo... lo que en su momento me pudo haber preocupado, no molestado, era que el candidato (a gobernador) no era un hombre de la provincia de Buenos Aires. Que no estaba actuando en la provincia”, aclara ante una pregunta de Página/12 acerca de su opinión sobre la trayectoria política del ex motonauta. “Jamás dije (de Scioli) que no me gustaba su perfil ideológico. Jamás lo he dicho.” En rigor, la inquietud con el nombramiento de Scioli no fue exclusiva de Balestrini. La sorpresa no cayó bien entre toda la dirigencia del PJ bonaerense: a muchos les recordó el aterrizaje paracaidista de Carlos Ruckauf.
Balestrini había recibido la primera oferta para ser candidato en un viaje del Presidente al exterior (el tanteo se produjo mucho antes de la reciente visita a México). Aquella vez dijo que no estaba seguro y pidió unas semanas para pensar. No pasó mucho tiempo hasta que en los diarios empezaron a aparecer versiones sobre un enroque entre Balestrini y el gobernador saliente, Felipe Solá. Se decía que el matancero dejaría la presidencia de la Cámara de Diputados para que Solá la ocupara luego del 10 de diciembre. Para que la ecuación se concretara, Balestrini debería ser el segundo de Scioli y Solá candidato a diputado.
La primera parte de la operación ya está confirmada, sobre el futuro de Solá todavía nada se anunció públicamente. Aunque es probable que en breve haya novedades: el lunes pasado, Solá cenó con Alberto Fernández en la Casa Rosada. Durante la conversación, el gobernador saliente ratificó su deseo de encabezar la lista de candidatos a diputados nacionales por Buenos Aires. Solá se fue bastante satisfecho de la reunión. “Es medio como obvio que va a encabezar la lista”, anticipa a Página/12 un importante funcionario del Gobierno que, ya se ha dicho muchas veces, tiene su despacho en el primer piso de Balcarce 50.
Balestrini anunció su designación desde una confitería tradicional de San Justo, el Café Carretto. Antes de sentarse delante de los micrófonos, Balestrini y Scioli se preocuparon por dar una imagen de unidad. Así, el vicepresidente se bajó del auto quince cuadras antes y caminó con Balestrini por la avenida Arrieta. Los acompañó el intendente Fernando Espinoza. Mientras Balestrini se preparaba para su primera aparición como candidato, su tocayo Fernández le dedicaba una catarata de elogios. “Balestrini fue el primer hombre de la provincia en acompañar a Kirchner. Siempre compartió nuestros objetivos y procesos. Es el complemento ideal, un hombre que tiene historia en la provincia, trayectoria personal y compromiso con nosotros”, dijo el jefe de Gabinete a Página/12.
Luego de la charla con la prensa, en la que Scioli prometió que en caso de ganar su administración “llevará a la práctica los ideales peronistas”, Balestrini se encerró en una serie de reuniones con sus compañeros del PJ de La Matanza. Todos querían felicitarlo, sobre todo quienes lo habían imaginado candidato a gobernador unos meses atrás. Cuando el vértigo se fue aplacando, Balestrini dio una entrevista a Página/12.
–¿Dejar la presidencia de Diputados no es un retroceso?
–Yo soy un militante político. Me produjo mucha alegría que tanto el Presidente como Cristina y Daniel (Scioli) creyeran que yo podía estar en la fórmula. Tardé un segundo y medio en decidirme. Donde me necesitan yo voy, no soy afecto a la inmediatez ni a creerme más de lo que soy. No me preocupa si es menor de lo que tenía. Ser presidente de la Cámara es un cargo muy lindo y la tarea legislativa me encanta.
–¿Cómo evalúa su actuación en el Congreso?
–Todas las leyes que el Ejecutivo necesitó salieron de la Cámara. Muchas con quórum forzado pero salieron. Mi desempeño fue decoroso. Nadie es irremplazable. El peronismo tiene muchos hombres para ese lugar.
–¿Solá podría ocupar ese cargo?
–No. Aparte yo no sé si él va a ser candidato.
–¿Cómo está su relación con Solá?
–Excelente.
–¿Cuál cree que es su mérito para ser candidato a vice?
–Yo me jugué sin paracaídas, solamente en base a la firmeza de las convicciones que tenía el Flaco. Si uno no tiene poder territorial es fácil jugar con un candidato, es fácil arriesgar porque no tenés nada que perder. Estoy convencidísimo que no me equivoqué.
–¿Kirchner debería presidir el PJ cuando termine su mandato?
–Es lo que todo el mundo está esperando, y me incluyo. El peronismo va a ser el eje central del movimiento nacional y popular, hay que sumar a todos los espacios que interpreten el proyecto de Néstor y Cristina.
–¿Cómo es su relación actual con Kirchner?
–De Kirchner empiezo a sentirme un amigo.
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