Domingo, 28 de septiembre de 2008 | Hoy
ECONOMíA › LA SUBA DE PRECIOS SE DESACELERO EN LOS ULTIMOS TRES MESES
Nueve provincias, incluso aquellas más enfrentadas al gobierno nacional, reflejan una caída en sus IPC. Lo mismo muestran consultoras privadas y entidades de consumidores. Las razones de la tendencia, el giro de la política oficial y el debate.
Por Roberto Navarro y
David Cufré
La inflación se está pinchando. La escalada de precios que se produjo a partir de marzo, como consecuencia de los cortes de ruta rurales y el desabastecimiento, llegó a su fin a mitad de año. Los últimos tres meses se verifica una marcada desaceleración, aunque el nivel acumulado sigue siendo alto. Frente a la pérdida de credibilidad en el Indec, empresarios, sindicatos y demás agentes económicos empezaron a buscar referencias sobre cómo va la inflación en otros indicadores, como los índices de precios al consumidor provinciales, los que preparan distintas consultoras y los relevamientos de asociaciones de consumidores. PáginaI12 recabó información de todos ellos, con los resultados que presentaron para los meses de junio, julio y agosto. En total son 13 fuentes distintas, incluidas provincias tan ajenas al gobierno nacional como San Luis, Santa Fe y Tierra del Fuego. La coincidencia es absoluta. Todos muestran que los precios suben cada vez más despacio.
En San Luis, la inflación de junio, medida por la Dirección de Estadísticas provincial, fue de 2,3 por ciento. En julio quedó en 1,4 y en agoto, en 0,8, apenas tres décimas por arriba del 0,5 que midió el Indec para el área metropolitana. En Tierra del Fuego la evolución fue de 2,5 por ciento en junio, 2,0 en julio y 1,2 en agosto. Y en Santa Fe se movió de 1,8 por ciento en junio a 1,6 en julio y 1,3 en agosto. La misma tendencia se refleja en los informes de consultoras privadas y asociaciones de consumidores para la Capital Federal y el conurbano (ver detalle aparte). Curiosamente, el único organismo que no muestra una caída en la inflación es el Indec. Para el ente oficial, se encuentra en una virtual meseta: el IPC de junio fue 0,6, el de julio, 0,4, y el de agosto, 0,5.
Un elemento que es imprescindible remarcar es que las mediciones provinciales, las de las consultoras y las de las asociaciones de consumidores son todas diferentes entre sí, y ninguna de ellas comparable con la del Indec. Toman productos distintos, son más o menos abarcativas y se basan en metodologías no siempre coincidentes. Eso explica los saltos entre unas y otras y el hecho de que una consultora pueda arriesgar que la inflación de agosto fue 1,5 y otra, sólo 1,0. Por eso, aventurar que la inflación en lo que va del año es del 20, 25 o 30 por ciento es como mínimo inconsistente. Lo que también es claro es que el organismo oficial –el único con estructura como para procesar un índice de referencia– sufrió heridas en su confiabilidad difíciles de sanar.
De acuerdo con los datos de esos otros organismos que de alguna manera pasaron a ocupar el lugar del Indec, la inflación está bajando. PáginaI12 consultó a los economistas Roberto Frenkel, Fabián Amico, Jorge Todesca y Roberto Dvoskin, junto al banquero y analista Carlos Heller, sobre las razones de esa caída. Más allá de matices o diferencias de enfoque, sus conclusiones sobre los motivos de la desaceleración son las siguientes:
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