Desde Armstrong

El presidente de la Federación Agraria, Eduardo Buzzi, se dio el gusto de realizar el acto simbólico de cierre del séptimo lockout agropecuario contra el gobierno de Cristina Kirchner. Ante aproximadamente cinco mil personas –entre empresarios rurales, obreros metalúrgicos, docentes y militantes sociales de diferentes organizaciones–, Buzzi aseguró que “el paro agropecuario termina indefectiblemente mañana (por hoy)”, aunque advirtió que “sigue firme la necesidad de resolver la cuestión de las retenciones, si no la protesta va a continuar”. También adelantó que la Mesa de Enlace se encontrará hoy para definir sus próximos pasos. En el acto no estuvo Alfredo De Angeli, con quien Buzzi mantiene una relación tirante.

Buzzi concluyó su discurso con una cita al Martín Fierro: “Los hermanos sean unidos. Si entre ellos se pelean, los devoran los de afuera”. Con esta frase, el federado ratificó tácitamente su “hermandad” con la Sociedad Rural y CRA. Además, aprovechó para responderle a la Presidenta, quien acusó a los ruralistas de no haber realizado nunca un paro durante la dictadura. “Sepa, señora Presidenta, que muchos obreros aquí presentes eran perseguido, muchos chacareros éramos exiliados, que no se confundan las cosas”, vociferó. No hizo mención a la participación de la Rural durante la dictadura. El otro orador que se refirió a la democracia fue el intendente de Armstrong, Fernando Fisher. “Entre 1853 y 1930 hubo un tiempo de encuentro en el país, donde los argentinos emulamos a Europa. Luego vino el período conservador y los golpes militares”, señaló Fisher, quien se olvidó de recordar que su padre, médico rural, fue jefe comunal durante la dictadura. “Si quieren venir, que vengan. Les presentaremos batalla”, había dicho Fisher el año pasado, citando a Galtieri.

A diferencia de lo que ocurre en otros cortes de ruta, donde sólo aparecen los chacareros empresarios, en Armstrong confluyeron los colonos, los obreros metalúrgicos, la CCC y la Federación Tierra y Vivienda Disidente, todos encolumnados bajo las pretensiones políticas y económicas de la Sociedad Rural, Federación Agraria, CRA y Coninagro. Antes de que arrancaran los oradores, el cura de la ciudad ofreció una pequeña misa y una nenita de no más de 8 años leyó una carta. En uno de sus pasajes, pudo escucharse la siguiente frase: “La gente empezará a ejercer sus derechos con violencia”. Mientras tanto, Buzzi y Fisher –que estaban parados uno al lado del otro en el palco– aplaudían las palabras de la nenita. De fondo había bombos, banderas argentinas –que se vendían a veinte pesos–, gomas quemadas y un locutor que se solidarizó con los problemas de transmisión de TN y Canal 13.

El primero en hablar fue el intendente de Armstrong. “¿Nos vinieron a visitar?”, le preguntó al público. “Vieron que está todo tranquilo, está todo muerto, por esta política insensible, de odio”, reflexionó Fisher, para luego rematar: “Yo le pido al Gobierno, y principalmente a Néstor (Kirchner), que tenga mucho menos odio”. El público reaccionó y cantó “¡Que se vayan todos!”. “Sepa que cuando el poder enfrenta a la opinión pública, el poder decae”, sentenció Fisher.

El concepto de odio estuvo presente durante todo el discurso del intendente, que recibía aplausos cada vez que hacía alguna mención al Ejecutivo. El odio también se cuela en la piel de algunos chacareros empresarios. Al menos dos de ellos (que usaban sombreros con alas y chombas) que se tomaron el trabajo de empujar, patotear y “recomendar” a este diario que “dejase de ser crítico” y “decir mentiras” de la dirigencia agropecuaria.

El segundo orador fue Gerardo Colotti, en representación de los productores autoconvocados. Colotti es un productor con un predio que tiene hangar propio, aviones fumigadores y pista de aterrizaje. Un empleado de Colotti señaló a Página/12 que a raíz de la crisis, los chacareros empresarios están pagando “los sueldos ley al día pero todo lo que te daban en negro, ya no lo hacen más”. Durante su discurso, Colotti pidió expresamente que se eliminasen las retenciones y apeló a los legisladores nacionales para que den quórum la próxima semana.

El locutor arengó a los presentes diciendo que se habían congregado cerca de 15.000 personas. Luego del autoconvocado Colotti, fue el turno de Juan Carlos Alderete, líder de la Corriente Clasista y Combativa. La CCC logró juntar aproximadamente 120 personas, 60 de Santa Fe y el resto de la provincia de Buenos Aires. Alderete acusó –literalmente– a los funcionarios del Ejecutivo de ser “drogaditos”.

–¡Escribí eso, escribí eso a ver si te animás! –prepotearon a este cronista los dos chacareros antes mencionados.

“Queremos decirle a Néstor Kirchner que tome nota de este acto, uno de los mejores en la historia de la Argentina. No estamos dispuestos a que nos hagan arrodillar”, arremetió Alderete.

El cierre estuvo a cargo de Buzzi, que fue recibido con una lluvia de papelitos. Su discurso fue netamente político, casi como si estuviera en campaña. “Votan el adelantamiento de las elecciones a los empujones, cuando en el país crece la inseguridad”, afirmó el federado, aunque aclaró que no estaba pidiendo una baja en la edad de imputabilidad.

Buzzi rechazó la coparticipación de las retenciones a la soja. “Es una mentira lo de la supuesta coparticipación, ya que esa plata no llegará a las provincias y sí servirá para financiar la campaña en la provincia de Buenos Aires”, acusó el ruralista.

El líder de la Federación Agraria cerró su intervención señalando que ellos, durante la dictadura, eran “los perseguidos y los exiliados”, en respuesta a un discurso de la Presidenta.