Viernes, 27 de marzo de 2009 | Hoy
EL PAíS › EL OFICIALISMO APROBO POR 42 VOTOS CONTRA 26 EL ADELANTAMIENTO DE LAS ELECCIONES PARA EL 28 DE JUNIO
El kirchnerismo tuvo cinco votos más de los necesarios para aprobar el adelantamiento. En las nueve horas de debate, oficialistas y opositores repitieron sus argumentos en un tono de campaña electoral.
Por Miguel Jorquera
Las elecciones legislativas nacionales serán el 28 de junio. Con 42 votos a favor y 26 en contra, el Senado convirtió en ley el proyecto presidencial de adelantar el calendario electoral. Tras nueve horas de debate, donde se repitieron de uno y otro lado discursos y conceptos conocidos, la discusión tuvo un marcado tono de campaña electoral, cruzado por la crisis internacional y el conflicto agropecuario. “El Gobierno no se hace cargo de nada, parece que todo el kirchnerismo se bañó en agua bendita. Yo nunca voy a ser K, prefiero seguir siendo un pecador mortal. Si se aprueba la ley, la UCR, como partido centenario, va a estar preparada. No es con la viveza de Néstor Kirchner como se resuelven los problemas”, soltó enardecido el radical Gerardo Morales. “La oposición construyó un fixture, a su antojo y por decreto, con elecciones locales en Catamarca, Capital y Santa Fe por conveniencia. Nada de esto es inocente. Esta es una práctica política que todos ejercitan. Acá no hay inocentes”, replicó el jefe del bloque K, Miguel Angel Pichetto.
Esta vez, las cuentas a los senadores kirchneristas les salieron bien. Pronosticaron que tendrían 39 votos propios, más el apoyo del neuquino del MPN, Horacio Lores. A los que ayer su sumaron imprevistamente los dos senadores fueguinos que abandonaron el ARI provincial para acompañar el proyecto del gobierno. El oficialismo logró reunir 42 votos, 5 más de los 37 necesarios para convertir en ley el adelanto electoral. Aunque a la hora de hacer nombres, la cifra sufrió un enroque que no estaba en los cálculos previos: la rionegrina María José Bongiorno (Frente Grande) –a la que contaban como propia– no estuvo presente en la votación, mientras que el catamarqueño Ramón Saadi –al que ya creían desertor– votó a favor.
En la vereda de enfrente, el radicalismo, la Coalición Cívica, los distintos bloques del peronismo anti k –Adolfo Rodríguez Saá, Chiche Duhalde, los santafesinos que encabeza Carlos Reutemann y los salteños de Juan Carlos Romero– y varios partidos provinciales sumaron 26 votos por la negativa a modificar la fecha de las elecciones nacionales.
A las 11, una hora después de lo pautado, el kirchnerismo logró el quórum para sesionar, aunque los 37 senadores no pertenecían todos al oficialismo: el puntano Rodríguez Saá también estaba en su banca. Pichetto solicitó la presencia del presidente del Senado, pero no esperó mucho a Julio Cobos y la sesión se abrió con José Pampuro sentado en la presidencia. Lentamente, el resto de los opositores se fueron sumando al recinto.
El encargado de abrir el fuego fue el kirchnerista Nicolás Fernández, presidente de la Comisión de Asuntos Constitucionales: “Este proyecto tiene racionalidad e institucionalidad”, necesarios para “terminar el debate electoral y la crispación en el primer semestre” del año. “Nadie puede negar –agregó– que hay una situación de emergencia por la crisis internacional, a la que hay que abocarse, y el Gobierno lo está haciendo. Aunque la oposición se empeñe en descalificarlo.”
Enseguida llegaron las réplicas. “¿No será más importante resolver una serie de conflictos internos que no tiene nada que ver con la crisis internacional?”, se preguntó el radical pampeano Juan Carlos Marino. El renovador salteño Juan Pérez Alsina se sumó a los cuestionamientos: “Es imposible tratar esta ley desde un punto de vista conspirativo, a favor o en contra. Es un cambio de reglas del juego imprevisto y no consensuado”.
Uno a uno, los senadores k fueron volcando sus argumentos y la adhesión al proyecto. “La oposición implica tener un proyecto alternativo integral que dé respuestas a todos los temas y no una negativa puntal a todos los temas. La Argentina está en falencia porque no tiene oposición seria”, afirmó el sanjuanino Cesar Gioja. En tanto, el empresario cordobés Roberto Urquía –que se opuso a la 125– adelantó su voto positivo, pero exhortó “al Gobierno, a la sociedad y a los partidos políticos a conformar en forma urgente una mesa nacional de diálogo para enfrentar la crisis”.
Casi 50 de los 68 senadores presentes formaron parte de la lista de oradores. Los peronista anti K no perdieron la oportunidad para mostrarse alejado del Gobierno. “Se podrán cambiar las fechas, pero no el cansancio de la gente ante las continuas agresiones y a un modelo de confrontación, que se está agotando”, afirmó el salteño Romero. “El Gobierno busca una legitimidad bastante perdida y arma una ingeniería electoral, un experimento, que pone trabas a los partidos políticos y los nuevas expresiones que se están organizando”, insistió Rodríguez Saá, quien afirmó que dio quórum para la sesión “porque no voy a hacer los mismo que el kirchnerismo hace con el campo”.
Reutemann no habló y su compañera Roxana Latorre –que había pregonado la palabra del Lole en el recinto– sólo anticipó el voto negativo de ambos e insertó su discurso.
La CC arremetió contra el cambio del calendario electoral, reclamó la implementación de la boleta única y volvió a deslizar el fantasma del fraude. “El Gobierno es cómplice de la mala praxis, con el robo de boletas, en las elecciones del 2007. Si en 28 de junio tenemos las mismas condiciones ¿Qué nos espera?”, bramó Samuel Cabanchik. “El Gobierno está nervioso porque día a día se debilita su relación con la sociedad. La crisis es política e institucional, lo de la crisis internacional es falaz”, sumó María Eugenia Estensoro.
El socialista Rubén Giustiniani justificó la decisión del gobernador Hermes Binner de adelantar las elecciones santafesinas porque “en contraposición con la decisión del gobierno nacional, en Santa Fe fue consensuado con todos los partidos políticos”.
Desde el oficialismo, Daniel Filmus salió al cruce. “El adelantamiento de las elecciones porteñas de Macri era una especulación electoral y no vi que nadie derramara lágrimas por eso. Telerman también hizo lo mismo para las elecciones para jefe de Gobierno porque pensó que lo beneficiaba y sus socios de la Coalición Cívica, que ahora se muestran tan críticos, tampoco dijeron nada”. Para el bonaerense Eric Calcagno el planteo opositor es “un pensamiento reaccionario. Si lo plantea el Gobierno, la medida es mala e inoportuna. Si no, traerá consecuencias trágicas”.
Sobre el final del debate, el jefe del bloque de la UCR, Ernesto Sanz, afirmó que “es bueno que se reconozca la crisis, pero en la Argentina la crisis estalló antes que se cayera Wall Street”. Luego, cargó contra los objetivos que –según él– busca el oficialismo: “Quieren sacar más votos que el 45 por ciento, ni lo sueñen. Quieren más diputados y senadores, para qué si le sobran, igual no los van a tener tampoco. Quieren plebiscitar la gestión, tendrán que sacar más del 50 por ciento porque si no estarán deslegitimizados”.
“Esta decisión del Gobierno pone como tema central la marcha de la política nacional. Siempre a mitad de mandato, la gente evalúa esa gestión. De la Rúa lo quiso desconocer y así le fue. Vamos de a defender lo mucho que se hizo en la Argentina en estos seis años de gestión, aunque en este año y medio hubo cambios más profundos que en los cuatro anteriores”, apuntó Pichetto. “La oposición perdió la oportunidad histórica de recuperar para sí sus propias banderas –siguió–, pero porque son oposición tienen un discurso con un nivel de agresividad terrible. Nosotros no vamos a volver a dilapidar una nueva oportunidad en la Argentina”. Con los números de la votación conocidos de antemano, Pichetto soltó la frase como un desafío: “Nos vemos el 28 de junio, senadores”.
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