El ministro de Economía, Amado Boudou, comunicó la novedad junto al titular de la AFIP, Ricardo Echegaray.
Imagen: DyN.

El Gobierno elevó el piso del mínimo no imponible del impuesto a las Ganancias un 20 por ciento. La base para el pago del tributo pasó de 4015 a 4818 pesos mensuales para los trabajadores solteros y de 5554 a 6664,8 pesos mensuales para los asalariados casados con dos hijos. El alza en el mínimo alcanza a trabajadores en relación de dependencia y autónomos. Los tramos de las escalas de las alícuotas no fueron modificados. El costo fiscal para el Estado asciende hasta los 3184 millones de pesos en el semestre. La medida entrará en vigencia a partir del 1° de julio, y no será retroactiva a comienzos de año. Por eso, todavía restan definir algunos aspectos técnicos para su aplicación. La nueva reglamentación, en la que estaba trabajando la AFIP contrarreloj, recién se conocerá el próximo lunes.

El anuncio fue realizado tras un breve encuentro que mantuvieron la presidenta Cristina Fernández de Kirchner y parte de su gabinete con la cúpula de la CGT, desde donde provenían las mayores presiones para modificar el mínimo no imponible del impuesto. En la central que conduce Hugo Moyano pretendían un incremento superior en la cuarta categoría. Los sindicalistas no escondieron su insatisfacción con la magnitud de la medida, aunque reconocieron el esfuerzo fiscal del Gobierno para conceder la actualización. Juan Carlos Schmid, directivo de la CGT, fue tajante al considerar la medida “insuficiente”, pero reconoció que pueden existir “dificultades por la situación fiscal e internacional”. En tanto, el diputado del Frente para la Victoria y abogado de la CGT, Héctor Recalde, señaló que “aspirábamos a un poco más, pero va escalonando la historia. Es difícil alcanzar lo que se quiere. De todas formas, no es poco”, apuntó.

Durante los anuncios, el ministro de Economía, Amado Boudou, resaltó la magnitud de los recursos que el Estado resignará: “La medida implica que el Estado va a dejar de percibir recursos por 3184 millones de pesos, lo cual demuestra el importante esfuerzo que viene haciendo el Gobierno para mejorar las condiciones de los trabajadores. Esto obviamente tiene un correlato en los recursos del sector público, equivale a la construcción de 31 mil viviendas”. El funcionario apuntó que, pese al sacrificio fiscal, la medida significa un nuevo impulso al consumo y apuntalará el nivel de crecimiento esperado para 2010.

El último cambio en el mínimo no imponible había sido realizado en agosto de 2008 y a fines de ese año se eliminó la llamada “tablita de Machinea”. Con los anuncios realizados ayer, el piso de Ganancias de los trabajadores solteros ascendió hasta los 62.640 pesos anuales y para los casados con dos hijos pasó hasta 86.640 pesos anuales. Los beneficiarios de esta medida pertenecen a un segmento de trabajadores con ingresos que se ubican por encima del promedio de la economía.

Todavía no es posible estimar con precisión el alcance del anuncio, ya que el organismo que conduce Ricardo Echegaray debe definir aspectos centrales para su aplicación, fundamentalmente aquellos vinculados con la no retroactividad a principios de año de la medida. Recién el próximo lunes se publicarán en el Boletín Oficial las resoluciones correspondientes y se conocerá, por ejemplo, qué sucederá con las deducciones mensuales que se realizaron en el primer semestre a los trabajadores que a partir de los cambios dejan de pagar el impuesto o la situación de los asalariados que perciben salarios variables. De todas formas, fuentes de Gobierno calcularon que los beneficiarios, aquellos asalariados y jubilados que dejarían de pagar Ganancias, rondarán las 400 mil personas. A su vez, resaltaron que un conjunto significativo de trabajadores y pensionados pagarán una suma significativamente inferior de Ganancias.

El reclamo de la CGT para incrementar el mínimo no imponible perdió fuerza el año pasado a partir de la desaceleración en el nivel de actividad producto de la crisis financiera internacional. La recuperación evidenciada en lo que va de 2010, la aceleración en la evolución del precio de algunos productos alimenticios durante el primer trimestre y la magnitud porcentual alcanzada en algunos convenios salariales –principalmente el 35 por ciento de alimentación– convirtieron al mínimo no imponible en una prenda de negociación. Así, meses atrás Moyano comenzó a reclamar al Ejecutivo una actualización del impuesto que permitiera mejorar los ingresos de un segmento de los trabajadores sin necesidad de que los acuerdos salariales exhiban una cifra porcentual elevada.