A escasos cuatro días del lanzamiento, el Ministerio de Economía hizo retoques de fondo al acuerdo por la carne. Incluyó a los cortes de mayor calidad, novillito y vaquillona, y en las próximas horas se dará a conocer una lista con los precios de referencia. Hasta ahora sólo se habían divulgado valores en los cortes de novillo, los menos consumidos en la Capital. También dispuso que el peso mínimo de faena continuara en 280 kilos, medida que aseguraría una mayor producción de carne en el mediano plazo.

Las medidas anunciadas ayer –la permanencia del peso mínimo de faena y la próxima publicación de los precios de referencia para los cortes de vaquillona y novillito– intentan tapar algunos baches que habían quedado en el acuerdo firmado la semana pasada. Desde el sector privado habían advertido que la rebaja en los cortes de novillos alcanzarían a algunos supermercados y a las carnicerías del Gran Buenos Aires. Difícilmente se extenderían a los comercios de la Capital, en donde el consumo preferido es la carne más chica, con menos grasa. De hecho, la faena de novillos alcanza a apenas el 25 por ciento del total.

El Gobierno quiere apurar el paso para que el acuerdo por la carne se concrete en los mostradores. Ayer, Felisa Miceli designó a los funcionarios que integrarán la comisión que monitoreará al sector, a la que se sumarán en las próximas horas empresarios de los diferentes sectores.

A partir del acuerdo, se esperaba que Economía suspendiera definitivamente la limitación de la faena. Algunos ya se habían ilusionado con la reaparición de los cortes de ternera en las carnicerías. Pero la posibilidad de que la carne más chica suba de precio en lugar de bajar dio por terminada la especulación.

Hay que tener en cuenta que el año pasado el peso de faena promedio fue de 218 kilos y en 2004, de 211. Con el límite en 280 kilos, el Gobierno se aseguró al menos 62 kilos más por animal. Significa que el nivel de producción se elevará, como mínimo, en 840 mil toneladas anuales. Economía, no obstante, tomó una decisión que venían reclamando los ganaderos: la suspensión de que el límite de faena suba 20 kilos más, a 300 kilos. Esa medida debía entrar en vigencia en mayo.

Para asegurarse que la rebaja de los precios en Liniers llegue al público, Miceli designó en la comisión de seguimiento a medio equipo económico: aquellos funcionarios especializados en el campo y quienes se encargan del tema precios. A pesar de su indisimulado enfrentamiento político y personal, en la comisión convivirán el número uno y el dos de la Secretaría de Agricultura: Miguel Campos y Javier de Urquiza. También estarán el secretario de Coordinación Técnica, Lisandro Salas, y los subsecretarios de Política Agropecuaria, Fernando Nebbia, y de Coordinación Económica, Silvia Canela. También formará parte el titular de la Oncca, Marcelo Rossi.

Especialistas del sector cárnico estimaron que, en caso de que se les aplique una rebaja similar a los anunciados para los novillos, los cortes de novillito y vaquillona estarán entre 10 y 20 por ciento más caros que aquéllos. De todos modos, las rebajas recién aparecerían la próxima semana, una vez que pase Semana Santa.

Ayer, el Mercado de Liniers vivió una jornada tranquila. El ingreso resultó escaso, de 4513 cabezas, pese a lo cual hubo un alza en los precios muy leve, del 0,2 por ciento en promedio. Hubo retrocesos en las categorías novillos y novillitos –de 0,6 y 1,5 por ciento–, mientras que en las vaquillonas se notó un encarecimiento del 3 por ciento.

Las cámaras frigoríficas consultadas por Página/12 se mostraron a favor de las nuevas iniciativas impulsadas desde el Palacio de Hacienda. No era el caso de los carniceros. Alberto Williams, representante del sector en la Capital, fue tajante, en diálogo con este diario. “El acuerdo se cae. Nos mintieron. Nada de lo firmado se cumple. Con los cambios, ningún frigorífico bajará la carne y, otra vez, nosotros somos los que tendremos que dar la cara. Saldremos a la calle a protestar”, dijo, enojadísimo.