Las evidencias de una recesión en los países con mayor demanda mundial tuvieron un fuerte correlato con la caída del petróleo y algunos metales industriales. El precio del barril de crudo ligero de referencia West Texas Intermediate en Nueva York cotizaba al cierre en torno de los 89 dólares. Los valores actuales desvelan a los productores que, meses atrás, obtenían una renta extraordinaria con un crudo de 147 dólares. Entre los commodities, los granos ganaron algo de terreno. En el caso de la soja, los contratos de noviembre cerraron en Chicago a 354,2 dólares la tonelada. El oro, en tanto, volvió a ser el refugio contra la crisis: la onza fina cotizó en 902,40 dólares, 15 dólares más que anteayer.

El tipo WTI para entrega en noviembre retrocedió 45 centavos, a 89,58 dólares en el mercado de futuros de Nueva York. En Europa, el crudo tipo Brent para igual vencimiento retrocedía algo más, 1,74 dólar, para negociarse en 82,93. La caída tuvo su explicación en un nuevo incremento de las reservas estadounidenses y una demanda que se contrae. Los inventarios de crudo en los Estados Unidos crecieron en 8,1 millones de barriles hasta 302,6 millones, según informó ayer el Departamento de Energía.

Más temprano, la decisión de los bancos centrales de subir las tasas de interés había logrado apreciar hasta 4,5 por ciento los contratos de crudo. Como en el resto de los mercados, tras una serie de zigzagueos después de conocerse la medida, la desconfianza ganó las pantallas de las bolsas y arrastró la cotización de los activos.

Los contratos de soja se recuperaron en la Bolsa de Chicago e impulsaron los valores del trigo y el maíz. La suba se justificó en una mayor demanda de granos de soja en los Estados Unidos. El valor de la oleaginosa para entrega en noviembre avanzó 14 dólares, hasta los 354,2. Por su parte, el precio de la tonelada de maíz para fin de año recuperó 4,1 dólares hasta los 168,3, mientras que el trigo también para diciembre operó con una ganancia de 1,7, en 223,4 dólares.

A pesar de la leve recuperación, la incertidumbre financiera no juega en favor de este tipo de commodities, como sí lo hace con los metales. La excepción fue el aluminio. El mayor consorcio de ese metal, Alcoa, cayó un 12 por ciento, tras las decepcionantes cifras trimestrales que nublaron el comienzo de la temporada de informes. Los números de Alcoa son considerados un anticipo de las firmas de la economía estadounidense, que presentarán sus cifras trimestrales en las próximas semanas.