Venezuela no es lo que era. Siete años atrás, al borde del cambio de siglo, ese país le compraba a la Argentina aceites y grasas. Nueve de cada diez dólares entraban en esos rubros. El salto en el precio del petróleo y la mayor afinidad política entre ambos países modificó sensiblemente esa ecuación y ahora Venezuela diversificó sus importaciones. Automotores, alimentos y productos eléctricos son los rubros que tienen mayor acceso y que, con el ingreso de Venezuela al Mercosur, intentarán sacar más ventaja.

Las importaciones venezolanas alcanzarán este año a unos 20.000 millones de dólares. En términos de consumidores, el ingreso de ese país al Mercosur como socio pleno le añade al bloque 27 millones de personas. El año pasado se hizo evidente la diversificación en las compras de Venezuela a la Argentina: se destinaron 6200 millones de dólares a la adquisición de material eléctrico; 3600 millones a vehículos y material de transporte; alrededor de 2300 millones para productos químicos y más de 1000 millones en alimentos, bebidas y tabaco.

En el sector empresario aseguran que a la Argentina se le abrirán nuevas chances de negocios. No hay que olvidar que en los últimos años hubo un notable acercamiento entre los privados, a partir del intercambio comercial entre las administraciones Chávez y Kirchner.

Mientras desde Buenos Aires se importó fuel oil, Caracas adquirió productos de diversos sectores: carnes, embutidos, miel, vinos, lácteos, ganado en pie, maquinaria agrícola y productos de telecomunicaciones.

Un informe elaborado por la embajada venezolana en Buenos Aires destacó que, además, ahora se abren nuevas posibilidades para los siguientes segmentos: servicios de ingeniería y construcción, frutas, cueros, productos alimenticios elaborados y tecnología nuclear. Además, se agrandará la ventaja competitiva de los fabricantes de productos eléctricos y de las terminales automotrices.