Viernes, 3 de abril de 2009 | Hoy
EL MUNDO › EL CANCILLER ISRAELI DECLARO POR SOSPECHAS DE CORRUPCION, LAVADO DE DINERO Y ABUSO DE PODER
El flamante ministro de Exteriores podría haber utilizado cuentas bancarias registradas a nombre de su hija en Chipre para lavar dinero e ingresarlo a Israel con el presunto objetivo de financiar sus campañas políticas.
El nuevo ministro israelí de Relaciones Exteriores, el ultraderechista Avigdor Lieberman, tiene cuentas pendientes con la Justicia de su país. Apenas 24 horas después de asumir su cargo, Lieberman fue interrogado ayer por la policía durante unas siete horas por sospechas de corrupción.
Micky Rosenfeld, vocero de la policía, fue el encargado de precisar la letra chica del legajo policial: el xenófobo líder del partido Israel Beiteinu (Israel Nuestra Casa) está sospechado de corrupción, fraude, sobornos, lavado de dinero y abuso de poder.
De acuerdo con la línea principal de la investigación, se cree que Lieberman podría haber utilizado cuentas bancarias registradas a nombre de su hija en Chipre –quien también fue interrogada hace algunas semanas– para lavar dinero e ingresarlo a Israel con el presunto objetivo de financiar sus campañas políticas, las cuales habrían recibido fondos del exterior cuyo origen no ha podido ser determinado.
Fuentes citadas por el diario israelí Haaretz señalaron que este dinero habría circulado en Israel gracias a sociedades ficticias y una compleja red de diferentes cuentas bancarias.
Si bien el interrogatorio de ayer tenía fecha prevista hace unos días, la policía, con un sentido de prudencia política, se había abstenido de convocarlo a declarar puesto que el ahora canciller se encontraba en plenas negociaciones para formar gobierno junto al flamante primer ministro, Benjamin Netanyahu.
De todos modos, la Unidad Especial Antifraude de la policía ya anunció a través de un comunicado que volverá a citar al jefe de la diplomacia israelí en las próximas semanas.
La investigación que pesa sobre Avigdor Lieberman comenzó hace 13 años, precisamente en momentos en que éste asumía como jefe de Gabinete del mismo Netanyahu, quien llegaba al cargo de primer ministro por primera vez y en el cual duraría sólo tres años, ya que sus propios socios de derecha lo abandonarían, dejándolo en minoría y forzándolo a convocar nuevas elecciones.
En el transcurso de los últimos años, Avigdor Lieberman apeló varias veces la investigación en curso, alegando que la misma estaba siendo prolongada innecesariamente por un equipo de fiscales que, según él, no tomaban ninguna decisión, y, más aún, que la misma estaba motivada políticamente por sus adversarios.
En este sentido, Irena Etinger, vocera del ministro, criticó ayer la duración del proceso al tiempo que resaltó la buena predisposición de Lieberman para con la Justicia. “Esta investigación lleva ya 13 años. Esto no puede continuar. Hoy (por ayer) el señor Lieberman cooperó plenamente con las autoridades, respondiendo a todas las preguntas que se le hicieron”, señaló.
La Corte Suprema de su país lo escuchó y, a mediados de marzo, les dio a los investigadores un plazo de 60 días para presentar sus conclusiones.
Sin embargo, no parece del todo fácil que la investigación vaya a prosperar. La policía, institución que lleva adelante la investigación, se encuentra en Israel bajo la órbita del Ministerio de Seguridad Interior, y éste, a su vez, está en manos de un hombre de Lieberman, según el reparto de carteras del Poder Ejecutivo alcanzado tras las negociaciones para formar gobierno.
Avigdor Lieberman es un inmigrante llegado a Israel en 1978 proveniente de Moldavia, en ese entonces República Soviética. Rápidamente comenzó a militar en las filas del derechista Likud, donde se hizo conocido como un duro entre los duros, siendo considerado como el artífice de la victoria de Netanyahu sobre el todavía laborista y actual presidente Shimon Peres.
Si bien éste lo nombraría jefe de Gabinete, Lieberman abandonó el Likud algunos años más tarde para fundar su propio partido, Israel Beiteinu, destinado a representar al casi millón y medio de inmigrantes en Israel que provienen de la ex Unión Soviética.
Al asumir como ministro de Relaciones Exteriores, el miércoles de esta semana, Lieberman explicitó su visión política: declaró que la solución de los dos Estados para resolver el conflicto con los palestinos no es viable y que quien piense que hacer concesiones conduce a la paz está equivocado.
“Quien quiere la paz, debe prepararse para la guerra”, afirmó.
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