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El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, intentó bajarle el tono al ya innegable clima de descontento entre sus senadores. “No hay una crisis en el PT”, aseguró el mandatario, visiblemente irritado. En las últimas 48 horas recibió tres deserciones en su partido; todas por la misma razón: la negativa del oficialismo a investigar las numerosas denuncias de corrupción, fraude fiscal y tráfico de influencias contra el presidente del Senado y aliado de Lula, José Sarney. A la renuncia de la senadora y ex ministra de Medio Ambiente Marina Silva, que se conoció el miércoles, se sumaron ayer la del senador Flavio Arns y la promesa del jefe de la bancada oficialista, Aloizio Mercadante, de abandonar su cargo, aunque no la fuerza política.

Mientras las horas del día pasaban, el clima de tensión crecía ayer en Brasilia. “Si una persona quiere salir de un partido, si no se siente cómoda, ése es un derecho que tiene. Ella hizo una opción y, si no me buscó para charlar, es porque su opción ya estaba hecha. Ella salió porque quiso y espero que tenga suerte”, dijo Lula de su ex ministra y compañera de militancia de los últimos treinta años. Para asegurarse de que no vuelva a pasar lo mismo, el mandatario mandó a llamar a Mercadante, quien ayer por la tarde, después de haber adelantado su renuncia en un comunicado, dijo que suspendería el anuncio hasta hablar con el presidente. Según explicó el senador, no quiere agravar aún más la crisis partidaria.

El que no levantó el guante de Lula fue Arns, el senador que se sumó al éxodo petista iniciado por Mariana Silva. “No soy yo el que está abandonando el partido, sino que es el partido que abandonó sus ideales”, aseguró, molesto, tras hacer pública su decisión. “La bancada del PT fue presionada durante todo el tiempo por el partido, por ministros, por el Palacio del Planalto para lograr la absolución del senador Sarney”, agregó.

Mercadante, antes de recibir el llamado que lo invitaba a una reunión privada con Lula, también se había mostrado molesto por haber votado a favor del ex presidente Sarney. Según relató, la víspera antes de comenzar la votación el presidente del PT, Ricardo Berzoini, y el gobierno nacional le habían pedido que desistieran de investigarlo. “No fue mi posición personal, pero tuvimos que considerar la posición del gobierno”, aclaró.