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El Vaticano dio a conocer ayer normas más duras para combatir los abusos sexuales de curas contra niños, que incluyen la prescripción en 20 años en lugar de 10 y la introducción del delito de pornografía infantil. Además, los abusos sexuales contra personas con discapacidad psíquica se equiparan con aquellos contra niños, según las nuevas reglas que reforman el documento de 2001 sobre los “Delicta Graviora”, los delitos más graves.

Las nuevas normas contra la pedofilia endurecen los procedimientos vigentes según los vaticanistas, pero son insuficientes para las asociaciones de víctimas, que reclaman más colaboración entre la Iglesia y la Justicia. Para Andrea Tornielli, periodista de La Stampa, el aumento de la prescripción de los hechos es igualmente importante, incluso si “estos últimos años, la regla de los 10 años después de la mayoría de edad no era aplicada con severidad”.

La reacción de las asociaciones de víctimas fue crítica. “Las nuevas líneas directivas del Vaticano relativas a los abusos sexuales pueden resumirse en pocas palabras: están en la Luna”, declaró en un comunicado Barbara Doris, una de las dirigentes de Víctimas de Abusos Sexuales Cometidos por Sacerdotes (SNAP). El director de SNAP, David Clohessy, fue contundente. “Los crímenes pedófilos de los curas deben ser dirigidos a la policía y el Vaticano debe hacer que sea una regla obligatoria y uniforme”, afirmó, lamentando que “las reglas publicadas hoy (por ayer) no van en ese sentido”.

Las nuevas normas no incluyen una “orden explícita” a las iglesias locales implicadas en investigaciones de abusos sexuales de dirigirse a la Justicia civil, una de las principales demandas de los defensores de las víctimas de pedofilia.