Viernes, 16 de julio de 2010 | Hoy
EL MUNDO › CAMBIOS EN EL GABINETE DE CALDERON POR DESACUERDOS CON LA POLITICA ELECTORAL
El presidente cambió a su ministro del Interior y a la jefa de la Oficina del presidente tras la derrota electoral en las elecciones legislativas, en las que el oficialismo se alió con la centroizquierda en varios distritos.
El presidente de México, Felipe Calderón, introdujo cambios en su gabinete. Aceptó la renuncia del ministro del Interior, Fernando Gómez Mont, y de la jefa de la Oficina de la Presidencia, Patricia Flores, que será reemplaza por el ministro de Economía, Gerardo Ruiz Mateos.
Gómez Mont ocupó hasta el miércoles por la noche la jefatura de la gobernación (Interior). Ese día presentó la renuncia y Calderón se la aceptó. La crisis con el ministro se remontaba a febrero, cuando Gómez Mont renunció al Partido de Acción Nacional (PAN) por estar en desacuerdo con la política de alianzas electorales que puso en práctica el partido oficialista en los comicios que se realizaron hace menos de dos semanas atrás en catorce estados mexicanos. El principal ganador de las elecciones en las que se eligieron gobernadores resultó ser el Partido Revolucionario Institucional (PRI), la principal fuerza de la oposición.
Gómez Mont fue reemplazado por el hasta entonces secretario de Gobierno del Estado de Baja California. José Francisco Blake es un político cercano al presidente. “La designación de Blake demuestra que el presidente prefiere a los incondicionales que a los profesionales”, afirmó Francisco Labastida, actual senador del PRI. El progresista Partido de la Revolución Democrático (PRD) celebró la salida de Gómez Mont. “Se pone fin a un período de constante confrontación entre el hasta ahora encargado de la política interna del país con los representantes de los partidos de la oposición”, sostuvo Hortensia Aragón, secretaria general del PRD. La referente de la tercera fuerza política mexicana manifestó que para Gómez Mont nunca existieron los partidos minoritarios y que siempre se inclinó por un sistema bipartidista, táctica que dejaría al PRD fuera de la disputa por el poder.
En lugar de Patricia Flores, asumió en la poderosa Oficina de la Presidencia el secretario de Economía, Gerardo Ruiz Mateo, un ingeniero industrial. Calderón justificó la decisión de remover a la mujer que algunos medios mexicanos llamaban “La Jefa” por la necesidad de reorganizar la estructura en la que se desempeñaba. La Oficina de la Presidencia es un equivalente de la Jefatura de Gabinete, desde donde su titular se encarga de realizar los nombramientos de los mandos medios y superiores del gobierno federal.
El lugar que dejó vacante Ruiz Mateo fue ocupado por Bruno Ferrari, el actual director del Organismo de Promoción de Inversiones (Pro Mex). Ferrari tiene una amplia trayectoria en el sector privado. Como lo definió el diario La Jornada, es un abogado ligado a los sectores conservadores. El empresariado de varias regiones festejó su designación. Los empresarios de Puebla, por ejemplo, manifestaron que Ruiz Mateos había escuchado sus reclamos, pero no les había dado respuesta. El ex ministro de Economía que pasó al gabinete había sido muy criticado por el PRI, que pidió en varias ocasiones su destitución.
La Jornada explicó que las pugnas en el gabinete y la estrategia rumbo a los comicios de 2012 fueron las que delinearon la nueva configuración del equipo de Calderón. Algunos analistas ratificaron que los cambios, en especial el de la Secretaría de Gobernación, reforzaron el papel del mandatario como operador político. “Los nombramientos revelan que el presidente sigue fiel a su fórmula, es decir, nombrar gente cercana, militantes del PAN de bajo perfil”, afirmó Diodoro Carrasco, ex secretario de Gobernación, en una columna en el diario Milenio. La prensa mexicana estima que Calderón está regresando a la organización política que le funcionó durante su primer año de gobierno. Prefirió rodearse de políticos leales y deshacerse de funcionarios de peso como el abogado Gómez Mont.
Aunque las salidas en el gabinete no necesariamente son un resultado de las elecciones del 4 de julio, el oficialista PAN no puede dejar de prestar atención al mensaje de las urnas. En esos comicios, se habían puesto a prueba las coaliciones entre el PAN y el PRD para desbancar al PRI, estrategia que tanto molestó a Gómez Mont y lo alejó del partido que su padre colaboró a fundar. El PRI, que gobernó entre 1929 y 2000, aspira a recuperar su lugar en la residencia de Los Pinos y está bien perfilado para la reconquista. Si bien resultó el máximo ganador en las elecciones de días atrás, también le arrebataron antiguos bastiones como Oaxaca, Puebla y Sinaloa. La izquierda también acusó recibo y se está reacomodando para 2012. El PRD, Convergencia y el Partido del Trabajo acordaron mantenerse unidos para esa contienda y consensuar un candidato para la presidencia, como informaron ayer.
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