En el segundo día de una fracasada tregua, Siria se convirtió ayer en el escenario de bombardeos y atentados. Los combates entre los rebeldes y los soldados causaron más de 200 muertos en 48 horas.

La tregua proclamada en Siria para la fiesta musulmana del Aid al Adha –y propuesta por el mediador internacional, Lajdar Brahimi– fue definitivamente enterrada. Desde que entró en vigencia oficial el “alto al fuego”, la violencia causó al menos 146 muertos el viernes y 58 ayer, en su mayoría civiles, según un balance del Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH). Fuerzas gubernamentales y rebeldes libraron encarnizados combates en numerosos lugares del país. Los aviones del ejército sirio bombardearon la región de Damasco, dejando ocho muertos.

La tregua, aceptada por el régimen del presidente Bashar al Assad y el rebelde Ejército Sirio Libre (ESL) el jueves, con motivo de la fiesta musulmana del Aid al Adha, había sido rechazada por el Frente al Nosra, un grupo yihadista rebelde que reivindicó la mayoría de los atentados de los últimos meses. “El ataque aéreo fue contra un edificio en la ciudad de Arbín, provincia de Damasco, matando a ocho hombres que estaban en el interior. Es el primer bombardeo aéreo desde el anuncio de la tregua”, afirmó Rami Abdel Rahman, del OSDH.

La tregua planteaba la posibilidad de una detención de los combates por primera vez, después de 19 meses de movilización popular contra el presidente sirio, Bashar al Assad, que se fue transformando en conflicto armado. El Frente al Nosra rechazó el miércoles unirse a esta tregua, mientras que el régimen y el Ejército Sirio Libre (ESL) se reservaban el derecho de responder a los ataques. En un primer momento, el viernes por la mañana, el OSDH afirmó que hasta entonces había bajado el número de muertos respecto a lo habitual en los últimos meses.

La fiesta del Aid comenzó con una disminución de los combates y la televisión estatal mostró imágenes de Al Assad sonriendo y hablando con fieles en la mezquita de Damasco, pero la situación rápidamente de deterioró. Los enfrentamientos comenzaron el viernes alrededor de la base militar de Wadi Deif, cerca de Maaret al Numan (noroeste), donde diez soldados y cuatro rebeldes murieron en un asalto efectuado por hombres de Al Nosra. El ejército respondió bombardeando la localidad cercana de Deir Sharqui. Posteriormente, el alto el fuego se rompió por nuevos enfrentamientos, mortíferos coches bomba y una nueva promesa del régimen de dar caza a los “terroristas armados”, términos que emplea el gobierno para referirse a los rebeldes. Durante la jornada de ayer, los combates volvieron a causar estragos. El OSDH detalló que de las 146 víctimas mortales del viernes hubo 53 civiles, 50 rebeldes y 43 soldados del ejército de Al Assad. En tanto, precisó que entre las 58 personas que murieron ayer se encuentran 19 civiles.

“Esto es un fracaso de Brahimi. Esta iniciativa estaba muerta antes de nacer”, dijo Abdel Jabbar al Oqaidi, jefe del consejo militar del ESL en Alepo (Norte). Oqaidi insistió en que el ESL no rompió el alto el fuego y que se limitó a llevar a cabo acciones defensivas. “Ayer (viernes) estuve en varios frentes y el ejército no paraba de bombardear”, precisó. El jefe del consejo militar del ESL indicó que la misión de esa agrupación es defender a la gente. “No somos nosotros quienes estamos atacando”, aseguró.

Según el OSDH, más de 35 mil personas murieron en el conflicto, que comenzó como una protesta contra el régimen y derivó, tras lanzarse una violenta represión, en una guerra civil. Brahimi esperaba que la tregua pudiera conducir a un alto el fuego de mayor duración, durante el cual alentar una solución política y llevar ayuda a las zonas afectadas. La suspensión provisoria del conflicto contaba con el respaldo del Consejo de Seguridad de la Organización de Naciones Unidas (ONU).