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Al menos 30 personas, entre ellas tres niños, murieron ayer y más de 85 resultaron heridas en ataques en Irak. Sucedió durante el segundo día de la fiesta musulmana del Aid al Adha.

Estos ataques fueron dirigidos sobre todo a la comunidad chiíta y se produjeron en un contexto de creciente violencia durante los últimos días.

Los ataques más mortíferos tuvieron lugar en Bagdad, donde murieron 15 personas. En el bastión chiíta de Sadr City (noreste), dos bombas dejaron al menos nueve muertos y 32 heridos a última hora de la tarde. Según consignaron testigos presentes en el lugar, una explotó en las afueras de un restaurante. “Estaba vendiendo frutas y fuimos sorprendidos por una gran explosión al otro lado de la calle”, relató Hassan Shami Flih, vendedor de un puesto cercano al lugar de la explosión, precisó la agencia. Durante la mañana, en el barrio de Maamal, en el este de Bagdad, una bomba estalló en un mercado y mató a cinco personas, incluidos tres niños y una mujer. El hecho dejó 13 heridos. Asimismo, una doble explosión mató a un policía y dejó cinco heridos en un barrio de mayoría sunita del oeste de Bagdad.

Cerca de la capital, una bomba lapa colocada bajo un minibus que transportaba a peregrinos chiítas hasta Taji mató a cinco personas e hirió a doce, según los responsables, algunos de los cuales evocaron la posibilidad de que hubiera peregrinos iraníes entre las víctimas. “La explosión se produjo a unos 300 metros de nuestro puesto de control. El autobús quedó sin control, alcanzó a otro coche y volcó sobre uno de sus lados”, dijo un agente policial. Al noreste de Bagdad, dos ataques distintos dejaron dos muertos y cinco heridos en la ciudad mayoritariamente chiíta de Muqdadiyah, y otras personas tres personas quedaron heridas al estallar un coche bomba. En Mosul, a 350 km al norte de la capital de Irak, hombres armados mataron a cinco personas e hirieron a otras diez, entre ellas niños.

Aunque el nivel de violencia en Irak cayó frente a su momento álgido en 2006, los ataques han sido casi diarios en lo que va de este año. La cifra mensual de muertes por atentados en Irak se duplicó en septiembre, el número más elevado de bajas en dos años. Una ola de bombas dejó el 9 de septiembre 88 muertos y se convirtió en el suceso más sangriento desde la retirada de las fuerzas estadounidenses del país en diciembre pasado. Los insurgentes concretaron al menos un atentado importante al mes desde ese momento.