La Cámara de Diputados de México anunció el viernes que aprobó definitivamente la reforma educativa. Su aspecto central y polémico es la implementación de un sistema de evaluación de profesores, para que éstos sean contratados y ascendidos por sus cualidades profesionales y no por designación del Sindicato Nacional de los Trabajadores de la Educación (SNTE). También plantea fortalecer la autonomía administrativa de las escuelas, crear otras más de tiempo completo e impulsar en ellas el suministro de alimentos nutritivos. La reforma, impulsada por el presidente Enrique Peña Nieto, fue enviada a los estados para que posteriormente sea promulgada y es rechazada por el sindicato.