Domingo, 23 de marzo de 2014 | Hoy
EL MUNDO › EXPLICO SU PLAN DE GOBIERNO EN PARIS, BERLIN Y BRUSELAS
El primer ministro italiano abogó por una liberalización de los límites presupuestarios de déficit, para que no superen el tres por ciento del Producto Bruto Interno que la Unión Europea les impone a sus países miembro. También hablaron de Ucrania.
Por Elena Llorente
Desde Roma
No fue fácil para el primer ministro italiano, Matteo Renzi, la semana que acaba de concluir. Viajó a París y a Berlín para convencer a sus colegas François Hollande y Angela Merkel de que las reformas que quiere hacer a toda costa sacarán a Italia de la crisis alucinante en la que se encuentra desde 2009 y no serán peligrosas para Europa. Y para concluir, el jueves y el viernes participó en Bruselas de la reunión del máximo organismo político de la Unión Europea (UE), el Consejo de la Unión Europea, junto a los mandatarios de los 28 países miembro.
El tema central de este encuentro no estuvo limitado a Italia sino que se concentró en la situación en Ucrania y Crimea, en el proceso aún no cumplido de la unión bancaria de la UE y en la crisis económica y financiera. Y en este contexto también se habló de competitividad de la industria europea y de las políticas energéticas. Pero Renzi no perdió la oportunidad y explicó su programa de reformas a dos de los personajes que hasta ahora ocupan roles fundamentales en Europa, el presidente de la Comisión Europea (órgano ejecutivo de la UE), el portugués José Manuel Barroso, y el presidente del Consejo Europeo (o consejo de ministros de los países miembro), el belga Herman Van Rompuy. Es que Renzi, con todo el empuje que lo ha caracterizado desde que asumió el gobierno en febrero, no quería, y así lo dijo, presentarse como un alumno que debe dar un examen, porque Italia no va a Bruselas “a recibir órdenes”. “No debemos tener una actitud de bajar la cabeza, no venimos con la actitud de un súbdito. Además, se llama Comisión (Europea), pero no es una comisión examinadora. Italia no va a la UE como un estudiante que se lleva algunas materias sino como un país fundador que respeta las decisiones vinculantes”, dijo a los periodistas. El encuentro con Barroso duró cerca de una hora y media y según el primer ministro italiano anduvo “bien, muy bien”. También Barroso habló de un encuentro muy positivo en Twitter agregando que “Europa apoyará las reformas en Italia”. Y hablando con los periodistas agregó que “el respeto de los compromisos adquiridos en sede europea son fundamentales tanto para inspirar confianza en Italia como en la UE”. Con Van Rompuy se habló, además de las reformas, de la presidencia italiana de la UE que comienza el primero de julio.
Uno de los temas más ásperos para Renzi y que trató con todos sus interlocutores esta semana fue el llamado “pacto de estabilidad”. Según las normas europeas, para garantizar la estabilidad de la región es necesario que el déficit de cada país miembro no supere el tres por ciento del propio Producto Interno Bruto. Italia no lo ha superado por ahora, pero está al límite. Renzi, que no está totalmente de acuerdo con esta medida a la que considera “anacrónica”, dados los tiempos que corren, quisiera estirarlo un poquito más. Y sobre todo quería solicitar a sus colegas europeos que los fondos del Estado llamados “estructurales”, es decir destinados a estimular el crecimiento económico y a la reconstrucción de estructuras, no fueran incluidos dentro de ese 3 por ciento. Pero al parecer no logró convencerlos porque, luego, los comentarios de Barroso y Van Rompuy hicieron referencia precisamente a que Italia se comprometió a “respetar los vínculos preexistentes”.
Pero Renzi cuenta con un buen aliado a nivel europeo, el socialista alemán Martín Schulz, que ha sido presidente del grupo parlamentario europeo Alianza Progresista de los Socialistas y Democráticos y que desde 2012 es presidente del Parlamento Europeo. “Si no hay crecimiento económico en Italia tampoco lo habrá en Europa y viceversa. Estoy de acuerdo con Renzi. Tenemos necesidad de una filosofía y de una estrategia para el crecimiento”, dijo a los periodistas. “Apoyo las reformas de las que me ha hablado Renzi. Me ha dicho que serán hechas respetando las reglas de la UE. Creo que son reformas muy buenas y van en la dirección justa”, añadió Schulz, que es candidato a la presidencia de la Comisión Europea en las elecciones de fines de mayo.
En Italia, mientras tanto, donde la gira europea ha sido presentada como muy positiva, sobre todo el encuentro en Alemania, algunos le han quitado importancia presentándola como una operación “mediática” del primer ministro. Entre ellos, el presidente de la máxima organización industrial italiana, la Confindustria. Según Giorgio Squinzi, en efecto, que estuvo en Alemania, aparte de las sonrisas de circunstancia, Merkel dejó bien sentado ante Renzi que las normas de la UE “no se pueden derogar”. Exponentes de Forza Italia, el partido de Silvio Berlusconi, han hablado por su parte de una operación con mucho ruido y pocas nueces. Es decir, con resultados escasos hasta ahora.
De todas maneras, se verá. Sobre todo porque las elecciones europeas de mayo podrían cambiar el panorama, especialmente si los socialistas y democráticos europeos guiados por Schulz, partido al que ha adherido el primer ministro italiano, consiguen un buen resultado.
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