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Las autoridades mexicanas trasladaron ayer al jefe del cartel de Sinaloa, Joaquín “El Chapo” Guzmán, desde el penal del Altiplano, en el central estado de México, a otra cárcel de máxima seguridad en Ciudad Juárez, en la frontera con Estados Unidos. Si bien dijeron que el motivo eran unas refacciones que se realizan en la cárcel en la que se encontraba, la prensa habló de una posible extradición a Estados Unidos que lo reclama.

“El traslado del interno se dio en razón de distintas obras que se realizan en el Cefereso número 1 (Altiplano) para reforzar la seguridad del penal”, sostuvo la Secretaría de Gobernación (Ministerio del Interior). Desde el viernes hubo un fuerte movimiento policial en la cárcel ubicada en la periferia sur de ciudad Juárez, que limita con El Paso, estado de Texas, así como en el Aeropuerto Internacional Abraham González de esa urbe.

Un comunicado gubernamental agregó que como parte de la estrategia de seguridad implementada de septiembre a la fecha, se han rotado a más de 7400 internos en todo el país, luego de que medios locales informaran sobre el súbito traslado del narcotraficante.

“El Chapo” se encuentra ahora en el Cefereso número 9, en Ciudad Juárez, en el estado norteño de Chihuahua, que en el pasado fue escenario de una guerra sangrienta por el control del tráfico de drogas entre el Cártel de Sinaloa y el Cártel de Juárez.

Guzmán se ha fugado dos veces de cárceles de máxima seguridad en México. La primera vez fue en 2001 y estuvo prófugo 13 años, y lo reaprehendieron en 2014, sólo para volver a fugarse en julio de 2015.

Tras su recaptura en enero, “El Chapo” fue internado en el Altiplano, de donde había escapado la última vez.