La pelea entre el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, y el candidato a la presidencia peruana, Alan García, desencadenó ayer el retiro del embajador peruano en Caracas. Luego de las agresiones verbales de Chávez contra García el viernes, la Cancillería de Perú envió una nota de protesta al gobierno de Venezuela tras lo que consideraron una “flagrante intromisión” de Chávez en el proceso electoral peruano. Todo esto no fue suficiente para acallar al mandatario venezolano, que remató ayer calificando a García y al presidente Alejandro Toledo como “caimanes del mismo pozo”. Luego de un análisis de la situación, Perú decidió finalmente retirar a su embajador de Venezuela.

Las duras frases de Chávez hacia el candidato Alan García y contra Toledo por firmar un Tratado de Libre Comercio (TLC) con Estados Unidos, provocaron un cierre de filas contra el gobernante venezolano, que apareció caricaturizado en las portadas de los diarios con cuerpo de gorila y tildado de “matón” y de “mono con metralleta”. El viernes en Caracas, Chávez calificó al ex presidente García de “ladrón” y “truhán” y se pronunció por el nacionalista Ollanta Humala, amenazando con retirar a su embajador en Lima si García es elegido presidente. Todo esto fue en respuesta a las declaraciones del ex presidente García, que el jueves calificó a Chávez de “hipócrita” y “sinvergüenza” por cuestionar el TLC. Humala por su lado tomó distancia del conflicto, que lo involucra y podría perjudicar su candidatura, y declaró: “Lamento los exabruptos, pero se trata de un lío entre Hugo Chávez y Alan García”.

Pero al conflicto también se sumó el gobierno peruano, que no dejó pasar las declaraciones de Chávez y arremetió contra el mandatario enviando una nota de protesta donde calificó de “flagrante intromisión” sus declaraciones. Sin embargo, y luego de nuevas agresiones verbales del mandatario venezolano, no se quedó con ese recurso, sino que utilizó uno más extremo: el retiro de su embajador, Carlos Urrutia. Además, Lima amenazó con denunciar formalmente a Caracas ante la Organización de Estados Americanos (OEA).

En un comunicado oficial antes del retiro del embajador, Venezuela consideró que Perú tiene el “legítimo derecho” a responder a “groseras agresiones” contra el país, e indicó que si el conflicto bilateral es llevado a consideración de instancias internacionales, el gobierno de Venezuela “no hará otra cosa que defender su propia dignidad y la de nuestros pueblos”. El gobierno de Chávez justificó las declaraciones de su mandatario alegando que los candidatos peruanos fueron los primeros en lanzar acusaciones y ofensas contra su país, y aseguró que “se resiste a pensar” que Lima avale “las constantes y ofensivas acusaciones contra el presidente Hugo Chávez vertidas por candidatos peruanos”.

Desde La Habana, donde ayer firmó junto a Fidel Castro y Evo Morales la inclusión de Bolivia en el ALBA –una iniciativa propuesta como alternativa al ALCA– Chávez ratificó esa justificación. “García me dijo sinvergüenza, yo a ese caballero no le había dicho nada, ni lo había nombrado, pero como la candidata de la oligarquía peruana y del imperio (Lourdes Flores) no pasó (a segunda vuelta), ahora él está asumiendo la candidatura del imperio”, indicó el mandatario, y agregó: “no me he metido con el gobierno peruano, estoy defendiendo la dignidad del pueblo y mi persona”. Sin embargo, Chávez siguió tirando bombas contra los políticos peruanos. Ayer, tildó nuevamente a García de “ladrón y corrupto de siete suelas” y dijo que éste y el mandatario Alejandro Toledo son “caimanes del mismo pozo”. Esta declaración fue la gota que rebalsó el vaso, y le aseguró un pasaje de vuelta al embajador en Caracas Carlos Urrutia.