Medios internacionales de comunicación y asociaciones musulmanas secundaron ayer la campaña de la BBC por la liberación de su corresponsal Alan Johnston, secuestrado en Gaza el 12 de marzo. Se cumplía un mes de la desaparición del periodista por un grupo armado de encapuchados –el secuestro más prolongado de un occidental en la región– y la familia de Johnston participó de un par de actos públicos en Londres.

En la plaza de Trafalgar, en el centro de Londres, los Johnston mostraron una gran fotografía del secuestrado en un acto convocado por Reporteros Sin Fronteras. El padre del periodista, Graham, leyó una emotiva carta en la que pidió a los secuestradores que “dejen ir a mi hijo, hoy”. Paralelamente, el director general de la radiotelevisión estatal británica, Mark Thompson, se desplazó a Ramalá para presionar por su puesta en libertad. Thompson explicó ayer que el presidente de la Autoridad Palestina, Abbas, le ha comunicado que “tiene pruebas creíbles de que Alan está bien y a salvo”.