Las metas que el abogado Marcelo Gustavo Nardi se fijó en la vida nunca fueron demasiado módicas. Una de sus aspiraciones como subsecretario de Formación y Capacitación del Ministerio de Seguridad bonaerense es forjar una policía “con valores éticos y morales”. Defensor de Carlos Carrascosa en la causa por el crimen de su esposa María Marta García Belsunce o del general retirado Antolín Mosquera, involucrado en la voladura de la fábrica militar de Río Tercero, Nardi, además de funcionario, según la actualizada página de Internet del estudio Ortiz y Asociados, dirige el Departamento de Derecho Penal de este bufete que lo promociona como letrado de “las causas penales más trascendentes de la historia judicial argentina de la última década”. La Ley de Ministerios 13.757, modificada a instancias del gobernador Daniel Scioli, le impide “ejercer profesiones liberales mientras permanezcan en sus funciones” a los hombres con su cargo. Pero el responsable de los institutos donde se instruye a la Policía Bonaerense, parece no haberse enterado.

El currículum del doctor Nardi atraviesa varias de las especialidades del Derecho Penal. Incluso contiene un rubro adicional: las extradiciones. De su trayectoria se desprende que ha sido un profesional con llegada a sectores uniformados: como asesor del Centro de Oficiales de las Fuerzas Armadas y profesor titular de Derecho General en el Colegio Militar de la Nación.

Estos antecedentes lo acercan al perfil de su colega, el mediático José Licinio Scelzi, letrado de represores de la última dictadura y junto a quien intervino en el caso García Belsunce. Ambos, además, trabajaron a la par en la defensa de altos oficiales del Ejército involucrados en la venta ilegal de armas a Ecuador y Croacia. Nardi, en aquel momento (corría 1999) acusó de prejuzgar a la Sala II de la Cámara Federal que había apercibido al juez Jorge Urso por demorar esta causa cuando la tenía en su poder. Scelzi, una especie de alter ego del actual funcionario bonaerense, ha representado los intereses de militares acusados por violaciones a los derechos humanos como el marino Miguel Angel Cavallo, el coronel Juan Carlos Gualdo y el general de brigada Jorge Suárez Nelson.

Cuando a Carlos Stornelli lo eligieron para el cargo de ministro de Seguridad bonaerense, promovió bajo sus órdenes a un grupo de ex fiscales (Carlos Stagnaro, Paulo Starc, Miguel Cearras y Martín López Perrando, quien renunció en febrero) y abogados que provenían del sector privado, como Nardi. Acaso por sus antecedentes docentes, a este último lo designaron como responsable de la formación de cuadros policiales. En una entrevista que le realizó el diario La Capital de Mar del Plata buscó diferenciarse de la licenciada Haydeé Barletta, quien lo había antecedido en el cargo durante la gestión del ex ministro León Arslanian.

“Incorporamos el examen de ingreso y hasta hacemos entrevistas personales con los aspirantes porque queremos saber por qué quieren ser policías”, declaró. Y arremetió contra el breve período de capacitación que recibían los candidatos a ingresar a la fuerza entre 2004 y 2007. Como fuere, a Barletta se le atribuyen cambios fundamentales en los planes de estudio de la Bonaerense. El ex abogado de Carrascosa la reemplazó para forjar a “la policía del mañana”, tarea que se propone la escuela Juan Vucetich, una de las instituciones de su área. Nardi, además de la cátedra que acredita en el Colegio Militar, se desempeñó como docente en la Universidad de Buenos Aires (en donde se diplomó el 23 de marzo de 1993) y acumula experiencia como profesor titular de Derecho Penal en la Universidad Católica de Salta y profesor invitado en la Escuela de Posgrado de la Universidad Católica Argentina.

Su trayectoria profesional también incluye tareas de “especialista y consultor en materia de fraudes y delitos económicos” y más antecedentes como “disertante y conferencista en numerosos congresos nacionales e internacionales”. En el edificio del Ministerio de Seguridad, el staff del ex fiscal Stornelli no se hace ver demasiado. También son esporádicas las apariciones públicas del ministro y sus colaboradores, cuyas fotografías están repartidas por algunas dependencias para que el personal sepa quiénes son. Pero al doctor Nardi puede observárselo con cierto detalle en dos instantáneas que muestra el estudio Ortiz y Asociados en su página web. Una, de tipo carnet, donde se lo ve de frente y otra en la que aparece leyendo sentado cómodamente frente a un escritorio de unas señoriales oficinas situadas en 25 de Mayo 489, a pasos de la city porteña.