Una veintena de dirigentes del peronismo disidente encabezada por el ex senador Héctor Maya, alineado a los hermanos Rodríguez Saá, tomó ayer por unas horas la sede del PJ de la calle Matheu, en donde Néstor Kirchner viene realizando sus últimas reuniones, en reclamo de que se hagan elecciones internas. La protesta terminó de manera abrupta cuando el edificio debió desalojarse a raíz de una amenaza de bomba.

Maya se presentó a eso de las 10 en la sede del PJ, en Balvanera, junto a dos escribanos y a un grupo de dirigentes vinculados a Eduardo Duhalde, Carlos Menem y Adolfo Rodríguez Saá, opositores al kirchnerismo. Entre ellos estaban el hiperduhaldista Daniel “Chicho” Basile y Teresa Fernández González –la ex esposa de Felipe Solá–, quien hoy se declara cercana al cordobés José Manuel de la Sota.

No obstante, Maya aseguró que “no consultamos a ninguno de nuestros jefes partidarios, somos dirigentes de segundas líneas que venimos a reclamar al impostor Kirchner que convoque a elecciones internas, porque nuestra lista está integrada por una pluralidad de sectores y fue proscripta por el kirchnerismo y su aliada jueza Servini de Cubría”.

Servini de Cubría, jueza federal con competencia electoral, fue quien determinó que la lista que pretendía presentar este sector para la interna no cumplía con los requisitos exigidos por la carta orgánica, por lo que la lista de Kirchner quedó consagrada sin necesidad de hacer la elección.

Ayer, Maya anticipó que reclamará ante la Corte Suprema la convocatoria a esas elecciones internas. El ex senador y los suyos ocuparon la sede argumentando que eran afiliados por lo tanto también aquella era “su casa” y que permanecerían allí en forma pacífica.

Pero tuvieron que irse cuando llegaron efectivos policiales con la orden de desalojar el edificio porque habían recibido una amenaza de bomba. “Fue un teatro que montó el kirchnerismo para no dejar intervenir a la Justicia en nuestro reclamo de internas”, se enojó Maya, quien integró la fórmula presidencial que encabezó Alberto Rodríguez Saá en las elecciones de octubre pasado. La toma terminó a las 13.

Desde el kirchnerismo, el apoderado del PJ, Jorge Landau, acusó a este grupo de dirigentes de tomar la sede partidaria “para obtener 15 minutos de cámaras de televisión”. “El tema de las elecciones está cerrado. Se pueden presentar en queja ante la Corte, pero es un reclamo que ya perdieron en tres instancias: ante la Junta Electoral, ante el juzgado de primera instancia y ante la Cámara de Apelaciones”, recordó.

Landau abundó diciendo que si esto no fuera así –es decir si ya no hubiera quedado resuelto en todas las instancias judiciales–, Kirchner no habría podido asumir como presidente del PJ el 22 de mayo pasado. “Fue un acto de propagando sin importancia”, opinó sobre la toma.